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Un choque en cadena de 200 coches deja en Italia 14 muertos y 85 heridos

Los coches y camiones siniestrados se amontonan en el lugar de accidente

Publicado por
Íñigo Domínguez - ROMA.
León

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Las temibles nieblas del norte de Italia volvieron a causar ayer un terrible accidente cerca de Venecia, en la autopista que une Milán con Trieste, el más grave de los últimos años. Más de 200 vehículos, muchos de ellos camiones, se vieron implicados en dos colisiones en cadena registradas en ambos sentidos de la marcha que causaron al menos 14 muertos y 85 heridos. Pese a que el siniestro ocurrió a las siete de la mañana, a última hora de la noche continuaban los trabajos de auxilio y no se descartaba encontrar más cadáveres. La conmoción ante las espantosas imágenes ha llevado incluso al Gobierno a plantearse de nuevo el cierre de autopistas cuando la niebla sea muy densa. Un responsable de Autovie Venete, gestora de la autopista, señaló que en el momento del accidente la visibilidad en el tramo de Cessalto, donde ocurrió el siniestro, se reducía a 20 metros. Este factor, combinado con una velocidad inadecuada a las circunstancias, está en el origen del primer choque que desencadenó la tragedia. Cinco camiones colisionaron entre sí en los carriles con dirección a Venecia y uno de ellos, cargado con bombonas de hidrógeno, estalló en llamas. El desastre podría haber sido mayor de no haber intervenido rápidamente un helicóptero de los bomberos que derramó agua sobre el tráiler. Casi al mismo tiempo, pero en sentido contrario y a unos cientos de metros de distancia, otra colisión múltiple bloqueó los carriles. Los automovilistas que llegaban en uno y otro sentido fueron embistiéndose unos detrás de otros sin poder detenerse a tiempo. Un español en el infierno El camionero español Paulino González, de 38 años y natural de Lleida, que resultó ileso, contó que su camión chocó contra otro francés a dos kilómetros de donde se había producido el accidente inicial, resaltando así el amplio radio de acción del choque múltiple. González y su colega francés, que también resultó ileso, ayudaron al resto de los accidentados, en medio de un espectáculo dantesco. Coches encajados entre camiones, chapas retorcidas, cuerpos sin vida y vehículos ardiendo debido a la explosión de las bombonas fue el escenario con el que se encontraron González, su colega y los numerosos bomberos y personal de protección civil que se personaron inmediatamente en la zona. El conductor español achacó el accidente a la alta velocidad con la que se desplazaban los vehículos por la zona a pesar de la densa niebla. Los heridos fueron trasladados en decenas de ambulancias y helicópteros a los hospitales de la zona, puestos en estado de alerta. «Acababa de bajar de mi coche cuando he visto frenar un Golf a pocos centímetros, pero después un camión ha llegado lanzado y se ha llevado por delante el Golf y mi coche. Estoy vivo de milagro», cuenta uno de los testigos. Una mujer salvó literalmente a su propio hijo, herido en el cuello por cortes de cristales en su autobús escolar. Cargó con él a la carrera por la autopista hasta que logró detener un coche y llegar a un hospital, donde fue operado de urgencia. El incendio fue un infierno de 200 metros de coches y camiones calcinados. El área del accidente comprendió 4 kilómetros.