Diario de León

Los países del Consejo de Seguridad deberán decidir hoy si forman parte de la coalición internacional que atacará al margen de la ONU

Bush, Aznar y Blair dan 24 horas a Sadam Huseín para exiliarse

George Bush, Tony Blair y José María Aznar lanzaron este domingo en la cumbre que mantuvieron en las islas Azor

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Magis Iglesias - BASE DE LAJES.
León

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Los países reunidos en Terceira acordaron fijar en horas el plazo del que dispondrá el dictador iraquí para proceder a su desarme total o exiliarse, posibilidad que mencionó expresamente Bush durante su intervención ante los periodistas. También tendrán que pronunciarse en el transcurso de este martes los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU ante la inminente ofensiva bélica que, sin duda, tendrá lugar inmediatamente después de agotado este ultimátum. Ninguno de los tres mandatarios quiso aclarar si someterán a votación el documento que presentaron al Consejo de Seguridad y para el que, hasta ahora, no lograron reunir los votos necesarios para su aprobación. Sin embargo, está claro que dedicarán las próximas horas a cerrar las conversaciones que mantienen desde hace unos días sin resultados. Tras las declaraciones que formularon en la rueda de prensa, todo indica que la guerra se desencadenará sin una nueva resolución de Naciones Unidas salvo que se produzca un cambio radical de posiciones en las próximas horas. «Mañana (por el lunes) es el día en que vamos a decidir si la diplomacia puede funcionar», dijo el presidente norteamericano, que anunció que los tres dedicarán las próximas horas a hablar con sus socios. Además, abrió otra posibilidad para las próximas horas: «Sadam puede abandonar el país o desarmarse», dijo, «la decisión está en su mano». Bush también recordó que deseaba someter a votación la última propuesta de resolución y aludió a Francia como «un país que votó, enseñó sus cartas». «Graves consecuencias» Los tres protagonistas de la cumbre de Azores insistieron en que Naciones Unidas, unánimemente, votó la resolución 1.441 en la que se exige el desarme total de Irak y advierte de que si no lo hace afrontará «graves consecuencias». Blair se detuvo especialmente en justificar una ofensiva militar que considera dentro del marco de Naciones Unidas al considerar que ni uno sólo de los miembros del Consejo de Seguridad duda de que Sadam Huseín no ha cumplido con las obligaciones que le exige la resolución 1.441. Bush interpreta esta resolución como una autorización para que el dictador iraquí sea «desarmado por la fuerza». El presidente norteamericano estableció las condiciones en las que se llevará a cabo la guerra contra Irak si el ultimátum concluye sin que Sadam Husein se exilie. «El desarme de Sadam será la liberación del pueblo iraquí», proclamó y prometió asistencia humanitaria, ayuda para la reconstrucción del país, así como la recuperación, a largo plazo, de la economía y la explotación de los recursos energéticos por parte de los iraquíes, además de garantizar la integridad territorial y la libertad religiosa y la igualdad étnica. «Es la última oportunidad, es el último esfuerzo», dijo José María Aznar para describir la oferta de los tres países al resto de la ONU y al dictador iraquí. Según Bush, el martes se termina «la ventana de la diplomacia» para la ONU, aunque insistió en la importancia que este organismo multilateral debe tener en la resolución de la crisis a pesar de que sólo pueda participar en el escenario postbélico. Fue Tony Blair quien también aludió a esta posibilidad cuando explicó que los pozos petrolíferos serán explotados por su propietario, que es el pueblo iraquí, pero bajo los auspicios de Naciones Unidas. «Queremos un Irak unificado, con instituciones democráticas y si fuera necesaria una fuerza militar para su reconstrucción convocaríamos al Consejo de Seguridad para crearla», dijo Bush. El presidente estadounidense reiteró el riesgo que supone un régimen como el de Irak con armas de destrucción masiva, aseguró que Sadam es «capaz de cualquier crimen» y supone un peligro para su pueblo y sus vecinos y advirtió de que «no podemos consentir que sus crímenes abarquen al mundo entero». Aznar destacó también, al igual que Blair, el compromiso que asumieron los tres líderes en esta reunión de apoyar un proceso de paz en Oriente Medio que lleve a la convivencia pacífica de los estados palestino e israelí. Oposición mundial al ataque El presidente español mencionó la oposición mundial de la opinión pública contra la guerra y señaló que, en estos momentos, evitar el conflicto es una responsabilidad «estrictamente» de Sadam Huseín. «Hemos hecho todos los esfuerzos hasta el límite posible por llegar a un acuerdo», explicó y también se refirió a la resolución 1.441 que, en su opinión, no puede estar «año tras año» esperando que se cumpla. «No hay equidistancia entre la legalidad y la impunidad», dijo Aznar y se negó a que «un tirano como Sadam sea quien marque las reglas de la legalidad internacional». También Blair se mostró sensible a las expectativas de una solución pacífica y aseguró que «en los últimos meses hemos trabajado arduamente para que Sadam se desarme». Recordó en este sentido la presentación del último documento ante el Consejo de Seguridad y describió la situación de los países que se niegan a respaldarlo como la de quienes «sólo quieren más discusión». En su opinión, eso sólo significa «más demora».

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