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El frente bélico retira la segunda resolución para evitar la derrota en la ONU

Bush despeja el camino para la guerra en Irak

Estados Unidos, Reino Unido y España decidieron retirar el proyecto para una segunda resolución sobre Irak. Esta decisión crea un cierto limbo legal que permitiría a

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Barbara Celis Corresponsal de WASHINGTON.
León

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Bush tenía previsto anunciar el comienzo de las hostilidades si Sadam Huseín no abandona el país en pocas horas. El Consejo de Seguridad celebró una reunión en la que apenas hubo lugar a la esperanza de una solución pacífica. A las 2 de la madrugada hora española, Bush se dirigía a la nación para ofrecer un ultimátum final de pocas horas al régimen de Sadam Huseín. En caso contrario, Estados Unidos pondrá en marcha su maquinaria bélica de forma inmediata. Justo antes de entrar a la reunión de la ONU y un día después de celebrar la cumbre en las islas Azores, Estados Unidos, España y Reino Unido anunciaron que ya no presentarían a votación ante el Consejo de Seguridad la segunda resolución contra Irak que llevan negociando desde hace dos semanas. «Después de consultas de última hora, el consenso no será posible», afirmó el embajador británico ante la ONU, Jeremy Greenstock, acompañado del embajador español, Inocencio Arias, y del estadounidense, John Negroponte. Greenstock recalcó que no se había llegado a un entendimiento debido a que «un país ha resaltado que ejercerá su derecho de veto en cualquier circunstancia». Los representantes del Gobierno francés se han mostrado visiblemente molestos con que se les culpara de que no prosperara la resolución. «Nuestra posición refleja la postura de la mayoría del Consejo», afirmó el embajador francés ante la ONU, Jean Marc de la Sabliere, quien agregó que 11 países de los 15 miembros del Consejo estaban en contra de recurrir a la fuerza para desarmar Irak. Sin la nueva resolución a debate, comienza la cuenta atrás definitiva para la guerra. Ante la decisión unilateral de Estados Unidos, Reino Unido y España de atacar Irak, el papel de Naciones Unidas queda reducido a proveer ayuda humanitaria en el conflicto que se avecina. A pesar de todo, los embajadores francés y alemán ante la ONU reiteraron que ellos seguirían tratando de llegar a un acuerdo y, ante la incredulidad de los periodistas, aseguraron que aún había esperanzas para la paz. Estos países convocaron una reunión ministerial del Consejo de Seguridad que se celebrará mañana para presentar un detallado plan para desarmar pacíficamente a Sadam. Dado que es bastante probable que la reunión se celebre cuando ya hayan comenzado los bombardeos en territorio iraquí, la reunión tiene riesgos de convertirse en una crítica a la actitud de Estados Unidos, España y Reino Unido, pero difícilmente en un intento por salvaguardar la paz. Por su parte, Sadam Huseín reconoció ayer, por primera vez, que su país poseyó armas de destrucción masiva en el pasado, pero añadió que ya no las tiene, según informó la cadena de televisión de la Juventud, dirigida por su hijo mayor, Udai. «Tenemos una voluntad real de eliminar las armas de destrucción masiva en nuestra región y en todo el mundo», declaró Sadam Huseín a la cadena. «Nosotros tuvimos estas armas para defendernos en los ocho años en que estuvimos en guerra (1980-1988) con Irán y en los que la entidad sionista (Israel) nos amenazaba, algo que continúa haciendo», añadió. Es la primera vez que el presidente de Irak admite personalmente que su país ha poseído armas de destrucción masiva. En Kuwait, en la frontera con Irak, todo estás preparado para la batalla. «Cada marine sabe exactamente dónde tiene que estar y qué va a hacer en los primeros días del combate», afirma el coronel Kelly, segundo de a bordo en la I División de Marines. Por si a alguien le queda alguna duda, ayer comenzaron los ensayos generales de la división que cruzará la frontera con Irak en las primeras horas de combate. «Tenemos que empaquetar todas nuestras cosas, subirlas a los vehículos, conducir carretera arriba y establecer de nuevo el campamento», explica la alferez Kearsley. «De esa manera podemos saber con exactitud qué vamos a echar de menos y qué problemas nos vamos a encontrar». El ensayo general comenzó con el despegue de los helicópteros y el alineamiento de los vehículos. El ultimátum del presidente Bush cayó sobre las tropas con la indiferencia de quienes han escuchado el rumor demasiadas veces como para creérselo. «Es evidente que las cosas se están acelerando», confió un alto mando de la división a este periódico. Oficialmente el Pentágono ha dado órdenes de que no se informe a los periodistas que acompañan las unidades hasta que el presidente Bush o el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, lo haga público, aunque la cúpula militar asegura que ni siquiera ellos lo saben todavía. «Aún no tenemos fecha para el Día D», insiste la fuente, «pero esperamos que nos llegue en las próximas horas o días, a más tardar». En el argot militar el Día D no será aquél en el que comience la batalla, sino el de la cuenta atrás. A partir de ese momento, las bombas iluminarán el cielo iraquí.

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