La titular de Desarrollo Industrial también podría renunciar si el Gobierno ataca Irak sin apoyo de la ONU
Dimite el ministro de Exteriores al no compartir la postura de Blair
El Gobierno de Tony Blair sufrió ayer su primera baja significativa en la guerra contra Irak. La decisión de Blair de acompañar en la acci
Robin Cook abandonó ayer mismo su residencia oficial en Londres
Tras la reunión mantenida ayer por la tarde, el viceprimer ministro británico, John Prescott, indicó que a Sadam Huseín sólo le queda una opción si quiere evitar la guerra: abandonar Irak. La dimisión de Cook, esperada por otro lado desde que en las Azores el trío Blair-Bush-Aznar decidieran poner fin a la vía diplomática en el contencioso con Irak, es la demostración de que Blair hace frente a la mayor crisis política desde que llegara al poder en 1997. «No puedo aceptar la responsabilidad de la decisión de comprometer al Reino Unido a una acción militar en Irak sin el acuerdo internacional ni el apoyo en el país», indicó Cook. La dimisión fue recibida con vítores entre las filas de la izquierda laborista. El ex ministro de cultura, Chris Smith calificó la dimisión de Cook como «acto honorable». Durante el tiempo que Cook fue ministro de exteriores británico intentó llevar una dimensión humana y ética a las relaciones del Reino Unido con la comunidad internacional. Tras una breve visita a 10 Downing Street, en la que Blair le informó que Londres pretendía ir a la guerra sin una segunda resolución de la ONU, Cook le presentó la dimisión de manera irrevocable. Prescott informó a la prensa en medio del vocerío de los manifestantes en contra de la guerra reunidos alrededor de la verja de Downing Street, que el país estaba a unas horas de proclamar la guerra a Irak. Parece que Londres ha dado a Sadam Huseín 72 horas para abandonar Irak o hacer frente a la guerra. «Sólo hay dos opciones para Sadam, el éxito o ser desarmado por la fuerza», dijo Prescott. Una de las sensaciones que emanaban ayer de Downing Street es el malestar con Francia. Sky News llegó a indicar que cargos del gobierno británico habían insinuado que si no hubiera sido por Francia, Huseín hubiera podido ser desarmado de manera pacífica. El Fiscal General del Estado, lord Goldsmith, dio luz verde a Blair para ir a la guerra al indicar que el conflicto es legal ya que la autorización procede de las resoluciones de la ONU.