Diario de León

El Gobierno serbio disuelve la unidad de operaciones «Boinas Rojas» a la que pertenece el sospechoso

Detenido un alto mando policial como presunto asesino de Djindjic

La cacería humana ordenada por las autoridades serbias fue implacable y duró 13 días. Después de haber arrestado a más de mil personas, entre el

El subcomandante de los «Boinas Rojas» Zvezdan Jovanivic

El subcomandante de los «Boinas Rojas» Zvezdan Jovanivic

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Enrique Müller - BERLÍN.
León

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El Gobierno serbio decidió a última hora de ayer disolver esta unidad de élite, tras la detención de su comandante adjunto. Junto con Jovanovic, fue también arrestado un oficial de 38 años de la policía serbia. Se trata de Sesa Pejakovic, también miembro activo de la temida unidad de «Boinas Rojas», arrestado como sospechoso de haber participado directamente en el asesinato de Zoran Djindjic, cometido el 12 de marzo pasado, en pleno centro de Belgrado. Las autoridades también arrestaron al comandante de las «Boinas Rojas», Dusan Maricic, acusado de tener vínculos con el «Clan de Zemun», una peligrosa banda de mafiosos que operaba en el distrito del mismo nombre de Belgrado, y al que el Gobierno responsabilizó de la muerte de Djindjic. Disolución de la unidad La disolución de los «Boinas Rojas» fue anunciada ayer en un comunicado en el que se especificaba que «el Gobierno ha ordenado a los miembros de la unidad que entreguen sus armas, sus equipamientos, sus uniforme, y sus placas de identidad oficiales». «De la seguridad del campamento se encargará la gendarmería», una unidad especial del Ministerio del Interior serbio, añadió el comunicado. El primer ministro serbio anunció también que en la operación había sido encontrado el fusil de precisión, tipo Heckler-Koch G3, con el que se sospecha fueron hechos los disparos que acabaron con la vida del primer ministro. La detención de los tres miembros activos de la policía serbia marca el comienzo del fin de la unidad, que tiene su base en Kula, al norte de Belgrado Inmediatamente después del asesinato, que conmovió al país, el cuartel general de los «Boinas Rojas» fue puesto bajo vigilancia militar, a causa de un justificado temor de Belgrado de que los miembros de la unidad intentaran montar una operación para impedir la detención de sus miembros y provocar un golpe de estado. El «clan de Zemun» está encabezado por el ex comandante del JSO Milorad Lukovic, alias Legija, que aún está fugado, al igual que otros dos principales cabecillas de la banda, Dusan Spasojevic, alias Siptar, y Mile Lukovic, alias Kum. Tras el asesinato de Djindjic, el Gobierno decretó el estado de excepción y, paralelamente a la investigación del atentado, fue lanzada una amplia campaña contra la arraigada delincuencia organizada, que proliferó durante la década pasada bajo el régimen de Slobodan Milosevic.

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