El atentado suicida palestino complica el plan de paz

El suicida palestino, de 19 años y del distrito cisjordano de Tulkarem, detonó un artefacto de entre 2 y 3 kilos que llevaba adosado al cuerpo a la entrada del café London, causando heridas graves a seis israelíes. El resto de las víctimas sufrieron heridas leves y la mayoría ya han abandonado los hospitales. Un joven israelí, que se percató de la presencia del suicida y frenó su entrada a la cafetería y absorbió parte de la honda expansiva con su propio cuerpo, se halla aún en estado crítico. Poco después de la explosión, un activista de la Yihad Islámica asumió el ataque por medio de una llamada telefónica a la prensa, autoría que confirmó desde Damasco el líder de esa organización, Ramadán Shalaj. A pesar de no haber causado víctimas mortales, la prensa local destacaba el gran simbolismo que tiene este nuevo atentado, que se produce en momentos de gran tensión en la zona. Un atentado suicida en Natania, hace exactamente un año y que causó más de 30 muertos, fue el desencadenante de la Operación israelí Muro de Defensa contra Cisjordania, que eliminó casi por completo la autoridad de la ANP. Desde esa operación, que ha costado la vida a cientos de palestinos y decenas de israelíes, Israel ocupa casi todos los distritos de Cisjordania. En ese sentido, el atentado de Natania coincide con los esfuerzos del primer ministro palestino, Mahmud Abas (Abu Mazen), para formar Gobierno y tratar con él de devolver la región a un proceso de paz. Los pasos de Abu Mazen son seguidos con interés en Israel a pesar de que su primer ministro Ariel Sharón, que ayer reveló que mantiene contactos con él, ha reiterado que sólo el final del «terrorismo palestino» permitirá la aplicación del «mapa de rutas» del presidente George W. Bush. Dos muertos palestinos Dentro del clima desatado por la detonación del artefacto a cargo del joven en Netania, soldados israelíes mataron ayer a un palestino que miraba hacia una base militar en la franja de Gaza, con lo que el número de muertos este jornada se eleva a tres y añade varias piedras al camino de la paz. Los soldados dispararon contra varios jóvenes que «miraban de forma sospechosa a los soldados» apostados en el asentamiento judío de Netzarim, según informó la radio local. Un segundo palestino, de 17 años, murió en un campo de refugiados situado junto a la ciudad de Naplusa cuando fue abatido a tiros por los soldados por tirarles piedras. Estas actuaciones se contradicen con las declaraciones de los dirigentes israelíes que reclaman paciencia.