Un alud de tierra sepulta una población entera con 700 habitantes en Bolivia
Más de 400 viviendas y sus ocupantes, que se estiman en unos 700, de la población minera de Chima, en el norte de Bolivia, han quedado sepultados por el deslizamiento de un cerro aledaño, informó ayer el prefecto (gobernador) de La Paz, Mateo Laura. El desastre se registró aproximadamente a las 10.30 horas (14.30 GMT) cuando el cerro Pucaloma cayó sobre la población, ubicada a unos 250 kilómetros al noreste de La Paz, dijo Laura. Según los primeros informes recibidos desde el lugar, se estima que unas 700 personas, la mayoría adultos, se encontraban en sus viviendas en el momento del deslizamiento. Hasta el momento, varios cadáveres han sido recogidos y cuatro personas han sido rescatadas heridas e ingresadas en el hospital de Tipuani, a unos 10 kilómetros del lugar del siniestro. Las piedras y el lodo cubrieron más de cien metros de anchura, donde estaban muchas de las viviendas de la población, dijo a Efe José Plata, uno de los socios de la Cooperativa Minera Chima, que opera en la zona en la extracción de oro. Las autoridades han ordenado el traslado de equipos de rescate y de todos los grupos médicos de auxilio más cercanos a la zona para ayudar a los afectados. En el momento del derrumbe no estaba lloviendo pero el domingo pasado se registró una fuerte precipitación, dijo Laura Plata. «Creemos que al menos unas 700 personas han sido enterradas por el cerro, que se elevaba unos 400 metros por encima de la comunidad», dijo el minero. El deslizamiento interrumpió la electricidad y la comunicación telefónica con la localidad de Chima. Ayuda de emergencia Las autoridades del municipio de Tipuani, al que pertenece la población afectada, solicitaron ayuda de emergencia del Gobierno Nacional para tratar de rescatar a las personas. Tras la caída del cerro, las clases en la escuela del lugar fueron suspendidas y muchos niños corrieron desesperados en busca de sus padres. El alcalde Modesto Gonzáles declaró a la agencia Efe que «es un tremendo dolor» el que se vive en estos momentos en la región, a causa de la magnitud del desastre.