Bush mantendrá en Irak bases militares para controlar la zona

El Ejército norteamericano celebró en los últimos días varias entrevistas para el mantenimiento de cuatro bases militares en Irak: en el aeropuerto internacional de Bagdad, en Tallil (cerca de Nasiriya, en el sur), en una zona aislada del desierto (en la zona oeste del país) y una cuarta en Bashur (en el Kurdistán iraquí, al norte). Los militares norteamericanos ya están utilizando estas bases para apoyar las operaciones contra los focos de resistencia del antiguo régimen de Sadam Huseín, para la distribución de la ayuda humanitaria y como punto de apoyo a las patrullas de reconocimiento. Pero el futuro acceso de Estados Unidos a estas bases dependerá de las relaciones entre Washington y el nuevo Gobierno iraquí. Si estos vínculos son sólidos la colaboración militar podría convertirse en uno de los avances más importantes en materia estratégica en la región. De hecho, el apoyo militar aumentaría la influencia en la frontera con Siria y, teniendo en cuenta la presencia norteamericana en Afganistán, Irán quedaría rodeada. Según un alto cargo militar estadounidense, estos objetivos no suponen una contradicción con la política oficial de la Administración estadounidense, que marca una rápida retirada de Irak. Washington sigue así avanzando en la consolidación de la Irak posterior a Sadam Huseín. Jay Garner, gobernador civil provisional de Irak, aseguró en una entrevista en The Washington Post que Estados Unidos no dictará la forma ni la composición de ese nuevo Ejecutivo. «Lo único que nos importa es favorecer un proceso democrático para la creación de un gobierno elegido libremente por el pueblo. Qué tipo de gobierno, qué tipo de proceso, eso depende de ellos», dijo. Garner no especificó los plazos de la retirada norteamericana, y se limitó a decir que no se marcharán de Irak hasta que no estén «en el camino adecuado», aunque precisó que no cree que se necesite mucho tiempo para conformar el nuevo Gobierno. El general retirado reconoció que hay obstáculos para lograr los objetivos, como la pobreza, los enfrentamientos étnicos y la oposición a la ocupación estadounidense. Ahora mismo, la labor de Garner tiene como uno de los principales objetivos la ayuda humanitaria. «El problema es que la gente esta impaciente», dijo, recordando que estas cosas «llevan su propio tiempo y muchas veces todo es lento». Sin embargo, hay avances. El general Bufort Blount anunció que en una semana quedará abierto a los vuelos humanitarios el Aeropuerto Internacional de Bagdad. Como dijo Garner, no todos los iraquíes están satisfechos con la ocupación norteamericana, y la falta de medios para sobrevivir provoca episodios como el