Vota Argentina

Confianza y voto útil. Esas son las claves fundamentales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina de este domingo. Después de haber bajado al infierno durante demasiado tiempo, los ciudadanos argentinos tienen ante sí la oportunidad de recuperar la confianza en alguno de sus políticos, pero sobre todo, en sí mismos y en el esfuerzo conjunto por superar la crisis más grave de su historia. Por eso, después de haber manifestado en los comicios de 2001 su hastío y duro rechazo a la clase política gobernante durante las últimas décadas, responsable de haber conducido a este rico país al abismo con el enorme empujón de la dictadura militar(1976-1983), tiene ahora una gran oportunidad para que su voto obligatorio sea útil y puedan continuar y consolidar el camino de la recuperación económica y social emprendido. Hay un problema. Hay muchas dudas de que los numerosos candidatos que se presentan sean dignos de merecer la confianza de los argentinos. Sobre todo porque los partidos políticos tradicionales han demostrado su ansia de perpetuar el sistema de dominación, corrupción y privilegios, con un poder decisivo de los gobernadores regionales y del ''aparato central'' de cada uno en Buenos Aires y su provincia. Por eso, casi todos los candidatos con alguna posibilidad de superar la criba de esta primera vuelta para jugárselo todo en la segunda opción el próximo 18 de mayo, han creado nuevas formaciones políticas. Tienen y deben huir de la imagen y actuaciones del partido Justicialista y de la Unión Cívica Radical. Es una operación de maquillaje que ya veremos si da resultado porque todos conocen los antecedentes de los candidatos con opciones: dos peronistas y uno radical. El septuagenario y futuro padre, Carlos Menem, el gobernador Néstor Kichner y el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy son los que agrupan más intención de voto según las últimas encuestas. Sería una gran sorpresa que alguno alcanzara el 45% en esta cita electoral, así como que después de todos los escándalos y frivolidades, Menem repitiera como salvador del país, aunque muchos empresarios españoles apuesten por él. Todos están de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y buscan el respaldo de la destruida clase media para continuar con la reinvención de Argentina, un querido, rico y culto país que debe luchar con sus propias fuerzas por recuperar la autoestima, la confianza y el esfuerzo, huyendo de viejas filosofías de suficiencia y riqueza que sólo conducen a la pobreza (60%) y a la indigencia (30%), por no recurrir al peor de los ejemplos posibles, los niños que se mueren de hambre en Tucumán. Terminada la guerra en Irak, Argentina merece nuestra atención.