La oposición a Sadam acuerda, bajo tutela de EE. UU., celebrar en un mes un congreso para fijar las reglas de gobierno
Los chiíes muestran su poder a Garner
Primer tropiezo del general retirado Jay Garner en Irak. A plena luz del día. En la calle. El mismo día en que Sadam Huseín cu
Mientras el administrador estadounidense del país prometía democracia a los líderes de la sociedad iraquí, más de 10.000 musulmanes chiíes se concentraron en la plaza Paraíso de Bagdad para exigir un Gobierno islámico en Irak. Los chiíes, duramente represaliados por el régimen de Sadam y ahora obviados por EE. UU., van calentando motores ante la aparente irrelevancia que hasta ahora les han otorgado las autoridades de Estados Unidos en Irak. «En el 66 cumpleaños de Sadam Huseín, empecemos el proceso de nacimiento de la democracia en Irak hoy», dijo, tras leer un verso del Corán, Jay Garner, administrador de Irak designado por el Gobierno de Estados Unidos. Garner prometió un Ejecutivo formado por «todos los pueblos, todas las religiones y todas las tribus». Lo hizo en la reunión que se celebró ayer en Bagdad para hablar de la reconstrucción del país. Estaban invitados 400 pero acudieron unos 200 representantes de distintas tendencias políticas, todas ellas con algo en común: la oposición al régimen caído de Sadam Huseín. Allí estaban el partido laico Congreso Nacional Iraquí, el Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí (con sede en Irán), líderes kurdos, jefes tribales de distintos grupos étnicos y clérigos suníes y chiíes. Es decir, los mismos que acudieron a la reunión de Londres y luego a la de Nasiriya para trazar las líneas maestras de ese nuevo Irak prometido por Bush. Todos acoredaron celebrar un congreso en el plazo de un mes. La reunión comenzó con más de dos horas de retraso, dato el tiempo que muchos delegados utilizaron para atravesar el cordón de seguridad. Y es que el dispositivo de seguridad era espectacular, incluyendo dos helicópteros, tanques y soldados del contingente norteamericano. Casi a la misma hora, en el centro de Bagdad, 10.000 chiíes dejaban claro a Garner que no aceptarán así, sin más, su autoridad. En una manifestación pacífica pero multitudinaria, reclamaron para el nuevo Irak un gobierno islámico. Aunque no están aglutinados en un partido político, son el 65% de una población de 26 millones de habitantes. Y la ciudad santa de Kerbala está, por ahora, bajo su control. La situación empieza a ser preocupante. Tanto, que los marines han aconsejado a la mujeres occidentales que salgan a la calle cubiertas con el chador.