La segunda vuelta mostrará los peores vicios de la política argentina

De esta forma evitó el riesgo de un Menem ganador por mayoría absoluta en primera vuelta, y además pudo imponer su propio candidato y ayudarlo desde el Gobierno. Así, el tradicional 50% de los votos peronistas se dividió en tres, haciéndose necesaria una segunda vuelta electoral. Néstor Kichner, el hombre puesto por Duhalde, quedó segundo a pocos votos de Menem y serán los dos que deban competir. La pregunta ahora es ¿qué pasará? Apenas a horas del cierre de los comicios, comenzaba la lucha, que será descarnada, dura, que mostrará las vísceras de un sistema político podrido, caduco, enfermo. Volverán a asomar los peores vicios de la política argentina, la compra de voluntades, las promesas del «oro y el moro», los tránsfugas serán ídolos y los caudillos regionales venderán caro el voto de sus «protegidos». Los primeros intentos de alianza quedaron expuestos. Elisa Carrió, un ex radical, que obtuvo 2.800.000 votos, les dijo a sus seguidores que «no hay que votar a Menem y no vamos a pactar con nadie». Otro ex radical, Ricardo López Murphy, que resultó tercero con 3.500.00 votos, dio libertad a sus votantes para que voten a quien quieran. Pero muchos se preguntan si los peronistas tradicionales van a apoyar a Kirchner y si el tercero en discordia, Rodríguez Saá, le dará los 2.750.000 votos que obtuvo al ex presidente Menem. La batalla acaba de comenzar. Ya hay alcaldes que prometieron su apoyo a uno u otro candidato, aunque son solo pequeñas puntas de un iceberg que se juega en las profundidades, a oscuras. Los grandes pactos se harán a la usanza peronista. Gobernadores darán su apoyo a cambio de mayores beneficios para sus provincias y alguna que otra prebenda personal. Kircher gana en los sondeos Duhalde pagará como sea y lo que sea para mantener unido su aparato partidario de la provincia de Buenos Aires, que resulta de casi cinco millones de votos, e impedirá que Menem llegue con sus hombres «y pague más». Los próximos días serán decisivos, aunque una primera encuesta telefónica hecha ayer lunes al mediodía indicaba que Kircher obtendría el 53% de los votos y Menem el 32%. Algo similar a lo que ocurría en los anteriores a la primera vuelta. Según éstos, pese a haber ganado el primer asalto, Menem tiene menos posibilidades de alzarse con la victoria el próximo 18 de mayo, cuando se celebrará la segunda vuelta. Nueve empresas de opinión y sondeos coincidieron en que, antes de la primera vuelta, las encuestas indicaban que Menem ya se perfilaba como perdedor con cualquiera de sus contrincantes. Las conclusiones de estos estudios se fundamentaban en el alto rechazo que suscita Menem entre la base electoral en su conjunto. Así, por ejemplo, la consultora Equis sostenía que un 63,5% de los encuestados mantenían, al menos hasta la semana pasada, que «jamás» votarían la opción Menem.