Por fin, en manos civiles

Aunque el asunto es complejo y no admite simplificaciones, todo indica que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, ha ganado por la mano a su colega del Gobierno y secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Un civil, diplomático de prestigio, antiguo responsable de la lucha antiterrorista en tiempos de Reagan, se pondrá al frente de la reconstrucción política y económica de Irak, y a sus órdenes se mantendrá el general Jay Garner, quien no ha conseguido hacerse con el control del país ni tomar la iniciativa. Prosigue el caos, las operaciones de reconstrucción no avanzan y la población civil iraquí arrecia en su exigencia de que se marchen las tropas aliadas (aunque es manifiesto que sin su presencia la crisis se agravaría hasta presagiar, quizá, una confrontación civil debida al desgobierno). Todo indica, además, que este cambio estaría encaminado no sólo a suavizar la imagen de la ocupación sino también a facilitar el fin del bloqueo del Consejo de Seguridad de la ONU, en el que no será fácil lograr la revisión del programa Petróleo por alimentos si finalmente no aparecen las famosas armas de destrucción masiva. En suma, Washington ha dado un paso en la dirección correcta, aunque no le bastará para reconciliarse con sus críticos.