Las Farc ejecutan a un gobernador, un ex ministro y diez policías
El asesinato de diez funcionarios y militares secuestrados por la guerrilla de las Farc fue ayer condenado unánimemente en Colombia, la Unión Europea y el Vaticano, al tiempo que ha llevado la zozobra a las familias de los otros 67 destacados rehenes que ven peligrar un acuerdo humanitario para su liberación. Varios familiares pidieron al presidente Álvaro Uribe, quién aceptó su responsabilidad en el fallido intento de rescate, no sacrificar más vidas y no realizar más «rescates a sangre y fuego». En un comunicado, la Unión Europea «condena firmemente» y «reitera su rechazo de la práctica del secuestro, la extorsión y otros crímenes similares y pide que todos los que están actualmente secuestrados sean liberados de inmediato y sin condiciones». Igualmente «reitera su llamamiento al pleno respeto del derecho humanitario internacional y la protección de la población civil». Francia expresó su emoción e indignación por unos «asesinatos que nos escandalizan», y reiteró su disponibilidad para impulsar un intercambio humanitario. Y ayer, mientras la indignación se adueñaba del país, cientos de militares perseguían a los rebeldes que la víspera dispararon, incluso con un tiro de gracia, contra el gobernador de Antioquia, un ex ministro de Defensa y ocho militares que llevaban más de un año en poder de las FARC. Enrique Bieyer, uno de los tres supervivientes, relató que el jefe del grupo ordenó la ejecución al escuchar el rotor de los helicópteros.