EE. UU. intenta ahora lograr la condena internacional de Irán, al que acusa de tener un programa nuclear
Bush, Blair y Aznar se reparten hoy Irak y el papel que dejan a la ONU
Después de la derrota de la ONU para impedir la guerra en Irak, la pelota vuelve ahora a estar sobre el campo de la organización internacion
El presidente español, José María Aznar, confirmó las intenciones de Estados Unidos, Gran Bretaña y España tras entrevistarse en Washington con líderes republicanos y demócratas. En juego están 9.000 millones de euros que corresponderían a las empresas españolas que participen en la reconstrucción de Irak Según la propuesta norteamericana, Irak pasaría a vender petróleo sin la supervisión de la ONU pero el dinero obtenido se depositaría en un fondo destinado a la reconstrucción del país y a necesidades humanitarias por el que velaría un consejo internacional compuesto por miembros del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de las Naciones Unidas. Asimismo, la propuesta incluye la designación de un coordinador especial para Irak elegido por el secretario general de la ONU. Entre los nombres que se barajaban ayer en los pasillos de la organización estaba el Segio Vieira de Mello, actual comisario de Derechos Humanos. La propuesta parte con la declarada oposición de Francia y Rusia, que podrían utilizar su derecho de veto contra Estados Unidos amparándose en anteriores resoluciones de la ONU que conectan el levantamiento del embargo con la constatación de que ya no existen armas de destrucción masiva en Irak, algo que aún nadie ha probado. En ese sentido, Estados Unidos anunció ayer que enviaría 2.000 nuevos inspectores a ese país. Para suavizar el crispado terreno sobre el que se erigen las posiciones francesa y rusa, la propuesta incluye el pago de los 10.000 millones en contratos que aún hay pendientes por el programa Petróleo por Alimentos y que de suspenderse afectaría sobre todo a Rusia, a la que se le deben 1500 millones. La designación de un coordinador de la ONU tendría como objetivo complacer a Francia, aunque ésta espera mayor control sobre el gobierno interino del que Estados Unidos está dispuesto a darle. Una vez conseguida la victoria sobre Irak, en el eje del mal que Bush señaló tras el 11-S ya sólo quedan dos países, Irán y Corea. Y ambos están en el punto de mira estadounidense aunque ahora parece que las energías del Gobierno Bush se van a concentrar en conseguir la condena internacional del país islámico. Washington intentará que en la próxima reunión de la Agencia Internacional de la Energía Atómica en junio se condene a Irán por incumplir el Tratado de no proliferación de armas nucleares. De alcanzarse el objetivo estadounidense, la primera consecuencia sería la imposición de sanciones de la ONU.