Gira de Powell

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, se ha convencido de que la diplomacia se debe ejercer en persona. Hace unos meses las luchas internas en la administración Bush para lograr influencia ante el presidente le obligaban a permanecer en Washington y convertirse en anfitrión que recibía a sus «aliados». Sólo unos pocos tuvieron la distinción de ser invitados al rancho de Bush. El caso es que la gestión previa a la intervención militar en Irak adoleció de contactos directos para formar la coalición. A pesar de los avances que permiten a los líderes mundiales comunicarse por videoconferencia, el contacto en persona continúa siendo elemental para la relación política internacional. Esa impresión personal es la que hay que aplicar directamente al primer ministro israelí, Ariel Sharon, para que se suba al tren del proceso de paz y termine con la represión violenta y los asesinatos selectivos de radicales palestinos. Esa labor de neutralización de los propios terroristas es uno de los retos que ha asumido el nuevo primer ministro, Abu Mazen, al renunciar a la violencia. Es un avance fundamental, tanto que incluso el presidente Bush ha dado un paso adelante para decirle a Israel lo que tiene que hacer: «aliviar el dolor palestino, respetar su dignidad y detener los asentamientos judíos». El diseño del nuevo mapa de Oriente Próximo, sin Sadam y con un estado palestino, cuenta como principal motor de convencimiento la propuesta de Bush para crear una zona de libre comercio con Estados Unidos. Una idea que deja a la UE un tanto descolocada pero la presencia en la zona de Javier Solana, responsable de la política exterior comunitaria, significa que Europa quiere jugar un papel destacado en el proceso de paz que no se limite a poner el dinero y que aspira a que esa propuesta de libre comercio no excluya a los europeos. Quien ha quedado excluido de los contactos diplomáticos es el líder histórico palestino, Yaser Arafat. Los palestinos dan los pasos exigidos para que se aplique la Hoja de Ruta, el calendario para el proceso de paz. Ahora les toca cumplir a los israelíes, sabiendo que siempre habrá poderes fácticos sin interés en una solución del conflicto que la torpedearán violentamente. EE.UU. se juega en la resolución de este problema la credibilidad y la vergüenza; los demás nos jugamos una mínima dignidad y estabilidad en el mundo. La gira de Powell por Israel, Palestina, Egipto, Jordania y Arabia Saudí debe dar resultados.