La guerrilla chechena provoca más de 40 muertos en un atentado suicida

Muy al contrario, el referéndum celebrado en la conflictiva república el pasado mes de marzo, en el que, según datos oficiales, el 96% de los chechenos se pronunciaron a favor de continuar formando parte de Rusia, no ha servido para hacer que cese la violencia. Un camión cargado con más de una tonelada de explosivos saltó ayer por los aires junto al edificio de la administración local del poblado de Známenskoye, situado en el extremo noroeste de la república, a unos 70 kilómetros de Grozni. El saldo provisional de víctimas eleva a 41 el número de muertos y a casi 200 el de heridos, de los cuales 57 se encuentran en estado grave. Todo sucedió de forma casi idéntica a como se produjo el atentado perpetrado el pasado 27 de diciembre en Grozni contra la sede del Gobierno republicano. Pasadas la 10 de la mañana, un camión militar Kamaz rompió la barrera de acceso al recinto de la administración de Známenskoye e hizo explosión a treinta metros de la fachada principal. Un bloque de cemento impidió al vehículo continuar avanzando. La deflagración, que abrió un cráter de más de quince metros de diámetro y tres de profundidad, arrasó completamente todo lo que se encontraba en un radio de cincuenta metros, incluida la sede administrativa, y sembró la calle de cadáveres. Otros diez edificios, algunos de ellos de viviendas, y la dirección local del FSB (antiguo KGB) quedaron total o parcialmente destruidos. Según testigos presenciales, a bordo del camión viajaban dos hombres y una mujer. El jefe de la administración del distrito de Nadterechny, Sultán Ajmetjánov, al que pertenece Známenskoye, cree que el comando suicida se encontraba a las órdenes del jefe guerrillero Shamil Basáyev, responsable de la toma de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú, el pasado mes de octubre, y del atentado de Grozni de diciembre. En esas dos acciones terroristas murieron más de 200 personas. Basáyev se hizo famoso en 1995 por el secuestro de un hospital entero en la localidad rusa de Budionnovsk y dirigió el ataque contra la vecina república de Daguestán, en agosto de 1999, provocando así una nueva intervención de las tropas rusas en la Chechenia que aún continúa. El director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Nikolái Pátrushev, dijo ayer que entre las víctimas del atentado hay por los menos diez agentes de las fuerzas de seguridad y de los servicios secretos pero, añadió, «la mayor parte de los muertos son civiles». Los responsables de los equipos de salvamento estiman que debajo de los escombros hay aún decenas de personas, con lo que el número de muertos es previsible que aumente en las próximas horas. Se da la circunstancia de que la región de Nadterechny ha sido siempre la más tranquila de Chechenia por ser la menos montañosa y la que está sometida a un mayor control de las tropas federales. La base militar de Mozdok, el centro de operaciones del Ejército ruso, se encuentra a medio centenar de kilómetros de Známenskoye. El jefe del Gobierno provisional pro ruso de Chechenia, Ahmed Kadírov, se hizo la misma pregunta que después del atentado del Grozni, en diciembre: «¿Cómo es posible que un camión cargado de explosivos pueda moverse tranquilamente por Chechenia con la cantidad de puestos de control de las tropas rusas que hay por todas partes?». La respuesta la dio el único diputado que tiene Chechenia en la Duma (Cámara Baja del Parlamento ruso), Aslambek Aslajánov, al pronunciar tres palabras: «Corrupción, incompetencia y traición». El mismo debate tuvo lugar en diciembre pero no cayó ninguna cabeza entre los militares rusos. Aslajánov considera que detrás del atentado están, no sólo los separatistas, sino también «todo un complicado sistema de intereses». No cabe duda, en este guerra hay quien está ganando mucho dinero.