El ejército y la policía controla las principales carreteras del país y mantiene la calma en la capital
Perú, en estado de emergencia nacional por la ola de protestas
El presidente de Perú, Alejandro Toledo, decretó 30 días de «estado de emergencia» para controlar los efectos de la huelga que mantienen desd
Toledo se reunió previamente con los principales líderes políticos y mandos militares. Les aseguró que entre los maestros en huelga hay «terroristas infiltrados» cuyo objetivo es desestabilizar a su Gobierno. «No podemos permitir que se vulneren los principios más elementales de la convivencia. La tolerancia tiene un límite... el país no puede detenerse», afirmó. Ayer, militares y policías reabrían las carreteras bloqueadas por campesinos que piden la reducción de los impuestos para productos del campo como arroz, azúcar y maíz, y la aplicación de tasas arancelarias que protejan esa producción. A las protestas de los agricultores se suman las que mantienen desde el pasado 12 de mayo 280.000 maestros. La huelga, declarada «ilegal» por el Gobierno, dejó sin clases a ocho millones de estudiantes que estudian en 51.000 escuelas públicas. Los educadores reclaman un aumento de 90 euros y el Gobierno ofrece 29. También los médicos del antiguo seguro social exigen mejoras salariales y estabilidad laboral. «Tenemos la responsabilidad de gobernar para 26 millones de peruanos, y se va a defender la democracia. La obligación no es sólo restablecer el orden, garantizando los proyectos de desarrollo, las inversiones públicas y privadas», señaló Toledo, quien había acusado a los manifestantes de violar el libre tránsito, el derecho a trabajar, a la salud, y a impedir el tránsito de mercancías y alimentos. El ex jefe de Estado peruano Alan García pidió ayer al presidente Alejandro Toledo que convoque de inmediato al diálogo a los dirigentes de los sindicatos en huelga y «deploró» la convocatoria del estado de emergencia. En una rueda de prensa, el ex presidente (1985-1990) dijo que asumía el sentir de los maestros, de los agricultores y de otros trabajadores que llevan a cabo huelgas indefinidas, para que «de inmediato» se convoque a sus dirigentes a una reunión con Toledo en busca de solución a sus reivindicaciones económicas. Se les debe convocar «para demostrar que si se han cerrado las calles se abre el diálogo con el más alto dignatario de nuestra República», añadió. Consideró como «imprescindible» que se dialogue porque con ello «se comprobará que se quiere tocar el fondo del asunto» y que el estado emergencia «no es una medida para imponer un modelo económico y político que el 80 por ciento de la población está rechazando». Alan García afirmó que el Partido Aprista Peruano (PAP), la principal fuerza de oposición en Perú, que lidera, quiere colaborar en el diálogo y que puede hacer de promotor, garante o colaborador en «este diálogo imprescindible y necesario y urgente». Consideró que la situación de caos social a que se ha llegado debido a las huelgas indefinidas de los maestros de la enseñanza pública, de los agricultores, trabajadores de la Seguridad Social y del Poder Judicial, «pudo haberse evitado». «Sostenemos que no es el pueblo dentro del cual pueden haberse producido algunos desórdenes, sostenemos que no son los gremios de maestros o de agricultores los responsables de esta situación, sino el Gobierno por dos años de inactividad, de haber olvidado el diálogo».