Bush inicia su primer viaje oficial tras la guerra con la vista en Oriente Medio

La pleitesía que recibe Estados Unidos de la mayoría de los países de la Europa del Este ya fue agradecida con anterioridad por el secretario de Defensa Donald Rumsfeld quien alabó a la que denominó «nueva» Europa, en oposición a la «vieja» Europa, representada por Alemania y Francia. La negativa de ambos países a apoyar la guerra contra Irak abrió una brecha diplomática con Estados Unidos que, sin embargo, los norteamericanos podrían estar dispuestos a cerrar. «Será un placer hablar con Jacques Chirac, Viva La France» dijo ayer Bush en una entrevista concedida al diario Le Figaro. El presidente norteamericano se reunirá con el Chirac el lunes, durante la cumbre de Evián de jefes de Estado y de gobierno del G-8, en la que se discutirán políticas comunes para luchar contra el terrorismo e impulsar la economía mundial. Allí también se encontrará con Gerhard Schroeder, el canciller alemán, en un encuentro que será analizado con lupa por la comunidad internacional ya que, aunque Colin Powell ha asegurado su voluntad de «no mirar hacia el pasado», parece claro que también existen diferencias personales entre Bush, Chirac y Schroder. Antes de viajar a Evián, Bush habrá participado en San Petersburgo en las celebraciones del 300 aniversario de la ciudad. Rusia tampoco apoyó a Estados Unidos en su aventura militar en Irak y ahora Vladimir Putin tendrá que sentarse junto a Bush e intentar limar diferencias, puesto que su país depende en gran parte de la ayuda económica que los estadounidenses le prestan. Pero quizás la parte más importante del primer viaje que Bush realiza tras la guerra de Irak sea su visita a Oriente Medio. Mediante un encuentro el martes con líderes árabes en Egipto y una reunión con el primer ministro israelí Ariel Sharon y el palestino Abu Mazen en la ciudad jordana de Aqaba intentará demostrar la voluntad estadounidense de conseguir un acuerdo entre palestinos e israelíes que lleve a la creación de un estado palestino y al fin de la política de asentamientos de Sharon. Blair también estará en Polonia La visita de George Bush a Polonia se suma a la del primer ministro británico Tony Blair y el sueco Goran Persson, para tratar sobre la reconstrucción de Irak y apoyar el «sí» en el referéndum europeo de los días 7 y 8 de junio. Al comentar las visitas, el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, las calificó de singulares, ya que comprenderán importantes discursos del presidente de Estados Unidos y del primer ministro británico. Kwasniewski recalcó que ambos políticos hablarán de los vínculos transatlánticos y del papel y futuro de la Unión Europea (UE) y afirmó que es elocuente que, para hacerlo, hayan escogido Polonia, un país que tiene muy buenas relaciones tanto con la comunidad europea, en la que se integrará próximamente, como con Estados Unidos. Para la parte polaca, las visitas de políticos de primera línea de Europa y otros continentes, que se multiplican en las últimas semanas, tienen enorme importancia con vistas a la consulta popular sobre el ingreso en la UE. Blair, que participó en Varsovia en una conferencia sobre «La Estrategia de Lisboa», aseguró a un auditorio de varios centenares de políticos, empresarios e influyentes personalidades del mundo de la cultura que es mucho mejor estar dentro de la UE que fuera. Tony Blair se entrevistó con el primer ministro polaco, Leszek Miller, y le aseguró que el ingreso en la UE, decidido por los británicos hace treinta años, fue un paso muy beneficioso. «Puedo garantizar que, independientemente de las dificultades que presenta la integración, sus efectos en el incremento del nivel de vida y el desarrollo de la economía son muy positivos», precisó Blair. «En el referéndum, los polacos adoptarán una decisión importantísima para su vida, decisión que yo espero será positiva para la integración, porque a Europa también le interesa tener a Polonia entre sus miembros activos», dijo Blair.