Un acuerdo para la galería

Tal vez lo más notable de la cumbre árabo-norteamericana de Sharm-el-Sheij ayer fue la reunión bilateral entre Colin Powell, secretario de Estado y su colega saudí, príncipe Saud -el-Feisal: duró, a solas, hasta las tres y media de la mañana y siguió a un claro desencuentro sobre cómo deben ayudar los socios árabes de Washington al proceso de paz entre Israel y los palestinos. A los ministros árabes de Exteriores se les pidió un poco demasiado intensamente que procedan sin demora a gestos de normalización con Israel. Powell hizo notar que sólo tres de los presentes (egipcios, jordanos y, curiosamente, palestinos) han reconocido a Israel. Los saudíes reiteraron la posición tradicional: una aproximación de conjunto, no bilateral, que terminará cambiando paz completa por completa retirada. En Israel desdeñaron la impresionante propuesta porque, desde luego, pasa por la evacuación de los territorios ocupados, con Jerusalén-este y la meseta siria del Golán en el paquete. Bush, quien se autopresentó como un hombre que hace lo que dice, dijo que el mundo necesita un estado palestino democrático y pacífico, una obviedad que pasa todos los filtros y obtuvo de sus interlocutores un compromiso sincero en la lucha contra el terrorismo internacional. Pero los cinco árabes hicieron su propia declaración tras una cumbre inusualmente corta y el presidente Mubarak, que la leyó, la glosó de modo inequívoco: la Hoja de Ruta, que recibe todo su apoyo, debe terminar la ocupación que empezó en 1967.... Acuerdo, pues, formal, para la galería, pero con posiciones inalterables en el fondo. Eso es lo que hay.