La UE despliega por primera vez una fuerza militar propia en el Congo para frenar las matanzas étnicas

La Unión Europea decidió ayer enviar una fuerza de mantenimiento de la paz a la República Democrática del Congo (RDC), antigua colonia belga, donde los enfrentamientos entre milicianos de las etnias hema y lendu han causado en torno a medio millar de muertos. En la operación, bautizada como Artemisa -diosa griega de la luna y la caza- se desplegarán 1.400 soldados, la mitad de ellos franceses. España no ha decidido por el momento si participará o no en esta fuerza de interposición. La ministra española de Exteriores, Ana Palacio, señaló que «no hay una decisión tomada», a la vez que confirmaba que la misión estará «probablemente» liderada por Francia, algo que ayer se daba por hecho en Bruselas. El alto representante de la Unión para la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC), Javier Solana, resaltó que la Comunidad asumió el mandato para realizar lo que será «la primera misión de la UE sin tomar ayuda de ninguna otra organización». Y no sólo será la primera operación militar comunitaria que no está respaldada por la OTAN, sino que también será la primera que se realiza fuera de las fronteras del viejo continente. Los cascos azules comunitarios estarán destacados en la ciudad de Bunia hasta mediados de septiembre y el primer contingente será enviados a mediados de este mes. Solana abundó que su cometido de esta fuerza militar consistirá en «garantizar que haya tranquilidad en la capital» provincial de Ituri, Bunia, así como en su aeropuerto, al tiempo que deberán velar por el reparto de la ayuda humanitaria. Una misión muy peligrosa Pero la misión militar congoleña también puede representar para la UE «muchos más riesgos» con respecto a la desplegada en Macedonia. Así lo entiende la Comisión Europea, que aludió a que la situación en la República Democrática del Congo dista de ser estable y que los militares correrán muchos riesgos. Las tropas europeas estarán respaldadas por unidades mecanizadas y obedecerán a reglas muy precisas para defender y proteger a la población civil, señalaron fuentes comunitarias. Además de velar por la seguridad en Bunia y su aeropuetos, también se harán cargo de la seguridad de las decenas de miles de refugiados concentrados en torno a la ciudad y de las agencias de ayuda internacional.