Los atentados suicidas chechenos se extienden a la vecina Osetia
Un nuevo ataque suicida, esta vez en Osetia del Norte, república del Cáucaso vecina de la de Chechenia, se produjo ayer a primeras horas de la mañana con un saldo de 17 muertos y una quincena de heridos. Una mujer de unos 30 años de edad se inmoló al paso de un autobús, en el que viajaba personal militar de la base rusa de Mozdok (Osetia del Norte), en su mayoría pilotos. Se trata del quinto atentado terrorista que tiene lugar en la región norcaucásica en menos de un mes y del tercero perpetrado por activistas kamikazes. El pretendido «proceso político» de normalización en Chechenia promovido por el Kremlin hace agua por todas partes. El referéndum celebrado en la república rebelde el pasado 24 de marzo, en el que el 96% de los que acudieron a las urnas se habrían pronunciado a favor de seguir siendo «parte inalienable» de Rusia, no ha servido, en contra de la opinión del presidente ruso, Vladímir Putin, para poner fin a la violencia. Muy al contrario, el conflicto amenaza con extenderse más allá de Chechenia. Pasadas las siete y media de la mañana de ayer (dos horas menos en España), la terrorista suicida aprovechó que el autobús, un Laz fabricado en Ucrania en el que viajaban los militares rusos, se detuvo ante un paso a nivel. Su intención, según testigos presenciales, era penetrar en el interior del vehículo pero el conductor no abrió la puerta. Seguidamente, la joven se situó delante del autobús y detonó la carga que llevaba sujeta al cinturón.