Israel cumple, aunque sea de forma simbólica, la primera condición de la Hoja de Ruta
Sharon desmantela los primeros asentamientos ilegales en Palestina
Los colonos judíos se rebelan mientras Abu Mazen pide apoyo contra el terrorismo
El Ejército israelí comenzó ayer a ejecutar el plan de desmantelamiento de algunos asentamientos judíos en Cisjordania, considerados ilegales, siguiendo las ordenes del primer ministro Ariel Sharon, padre de la colonización judía en el pasado, y hoy considerado un traidor por los colonos que amenazan con levantar 10 nuevos enclaves por cada uno que se toque. A media mañana, el Ejército ya tenía la lista de los 15 asentamientos elegidos por Ariel Sharon para comenzar a aplicar, aunque sea simbólicamente, la Hoja de Ruta, de los que tan sólo cuatro están habitados. El hecho dejó conmocionados a los representantes del Consejo de Asentamientos Judíos, que se reunían a primera hora de la tarde con altos mandos militares para recibir personalmente el listado. «Ha sido una reunión muy difícil porque nos hemos dado cuenta de que se trata de la primera fase del proceso de la Hoja de Ruta, y no de una única evacuación», señaló Adi Mintz, asistente a la reunión como secretario del Consejo Poco después de este encuentro, caía el primer enclave, el de Neveh Erez Sur, localizado muy cerca de Ramala. En realidad se trataba de dos casas prefabricadas levantadas rápidamente por las excavadoras del ejército. El ministro palestino, Yaser Abed Rabbo, calificó la medida como «mero paso simbólico». Pero los colonos que lo ven como el principio de la destrucción de la colonización judía a la que se opondrán de forma pasiva aunque el portavoz de los colonos, Mor Yosef, amenazó con que se levantarían 10 nuevos puestos por cada uno que toque el ejército. Mientras, en Ramala, el primer ministro, Abu Mazen daba una rueda de prensa para explicar su discurso en la pasada cumbre de Acaba que, según dijo «fue malinterpretado». Señaló que el objetivo de su gobierno es aliviar el sufrimiento de los palestinos, crear un Estado independiente y resolver el problema de los refugiados. «El sufrimiento palestino no se puede utilizar como propaganda porque no es moneda de cambio, y lo que necesita es solución», y subrayó que «el dialogo interpalestino es fundamental, y quién lo rechace tendrá que cargar con las consecuencias».