Castro lidera la marcha contra España por las calles de La Habana

El presidente de Cuba, Fidel Castro, y su hermano, Raúl Castro, encabezaron ayer dos «marchas combatientes» frente a las Embajadas de España e Italia en La Habana, para protestar por la «bochornosa y traicionera» posición de la Unión Europea (UE) contra isla por las sanciones diplomáticas adoptadas la semana pasada. Castro encabezó la manifestación frente a la Embajada española, en el municipio de La Habana Vieja, acompañado del vicepresidente, Carlos Lage, y del ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, mientras que Raúl, ministro de Defensa, hizo lo propio en la de Italia, en la zona de la Quinta Avenida de Miramar, junto a otros dirigentes cubanos. Ambas manifestaciones, que según los convocantes sumaron «más de un millón de habaneros», fueron retransmitidas en directo por los tres canales de la Televisión Cubana, la Cadena Nacional de Radio y Radio Habana Cuba. Los manifestantes portaban pancartas contra el presidente del Gobierno, José María Aznar, y contra el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a quienes acusan de ser los «principales instigadores» de las sanciones diplomáticas de los Quince «en abierta complicidad con la escalada agresiva de Estados Unidos». «Fuhrercito» y «Burlesconi» En algunas pancartas aparecía la imagen de Aznar con un bigote similar al de Hitler y el brazo en alto en saludo nazi, después de que Castro acusase en la noche del miércoles al presidente del Gobierno de ser un «fuhrercito», mientras que la foto del primer ministro italiano recordaba a Benito Mussolini, de quien Castro dijo que debería llamarse «Burlesconi». Unas acusaciones que Castro repitió ayer, al llamar a Aznar, «furhercito», «cobarde» y «fascista» en un discurso en el que criticó la «provocación» que suponen las sanciones de la UE a Cuba. Los Quince decidieron el pasado 5 de junio limitar las visitas gubernamentales de alto nivel realizadas en el marco bilateral, reducir la importancia de la participación de los Estados miembros a las manifestaciones culturales, invitar a disidentes cubanos a las ceremonias organizados con ocasión de las fiestas nacionales y «proceder a la reevaluación de la posición común de la Unión». Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores cubano acusó ayer a Aznar de estar «obsesionado con el castigo a Cuba» y «convertirse en el aliado menor del Gobierno imperial yanqui». En este sentido, opinó que Aznar «ha sido el principal responsable de que los Quince no hayan elaborado un enfoque independiente hacia La Habana».