Diecisésis países intentan bloquear el acuerdo sobre la Constitución europea

Los representantes de los gobiernos de dieciséis países lanzaron anoche una última ofensiva para intentar bloquear uno de los aspectos más cruciales que contiene el borrador de la futura Constitución europea: el que hace referencia al peso político que tendrá cada Estado en la futura Unión Europea (UE). España, no obstante, evitó estampar su firma en el documento suscrito por sus antiguos aliados y está cada vez más cerca de sumarse al consenso propuesto por Valery Giscard d'Estaing para reformar las instituciones comunitarias. El «grupo de los 16», entre los que figura Polonia, Austria, Luxemburgo, Portugal, Irlanda, Suecia, Finlandia y otros nueve países candidatos a ingresar en la UE, pretenden mantener inalterable la ponderación de voto conseguida por cada Estado en el Tratado de Niza, pactado en diciembre del 2000. La representante del Gobierno polaco, Danuta Hubner, manifestó tajante que «si la Convención no lo puede aceptar, es mejor renunciar». Ahora bien, el hecho de que España y el Reino Unido se hayan distanciado de este grupo países, provocó que la iniciativa de los 16 fuese acogida con cierta frialdad por los 105 convencionales que debaten la futura arquitectura institucional europea. «La propuesta cambia todo el equilibrio del texto», advirtió un responsable de la Comisión Europea. La razón de que Madrid se acercase más a la posición de consenso obedece a los última oferta hecha por el presidente de la Convención, Valery Giscard d'Estaing. Para empezar, España obtiene la garantía de que mantendrá hasta el 2009 el sistema de votación pactado en Niza -que le otorga 27 votos, sólo dos menos que Alemania- y, además, existe un principio de compromiso consistente en que si a partir del 2009 se revisa el peso de cada Estado en el Consejo, deberá retocarse también la composición de la Comisión Europea y de la Eurocámara.