La CIA advirtió de que Sadam sólo atacaría con armas químicas si fuera previamente atacado
Soldados americanos disparan contra la multitud y matan a dos iraquíes
La coalición captura en Irak al secretario de Sadam Huseín, tercero en la cadena de mando
Los enfrentamientos armados se han trasladado a Bagdad con muertos norteamericanos e iraquíes en un clima de tensión causado por la falta de medidas prácticas para la normalización de la vida civil. Dos meses después del fin de la guerra, los iraquíes no ven sobre el terreno, en su vida diaria, las mejoras que prometió EE?UU tras la guerra: se quejan de falta de trabajo, escasez de dinero y carencia de agua y fluido eléctrico. «No cobramos, no hay luz ni agua, no hay trabajo. ¿Son éstos los derechos humanos que nos prometieron? Han destruido nuestro país y no hacen nada para reconstruirlo», se quejaba Abdul Abu Hamid, ex funcionario del Estado. La tensión se masca en la calle, donde cada día se repiten las manifestaciones de protesta y los insultos a los soldados norteamericanos que patrullan la ciudad. En una de ellas, encabezada por antiguos miembros del Ejército iraquí, murieron dos personas alcanzadas por disparos del retén estadounidense que guarda la puerta del Palacio de la República, en Bagdad. Según los testigos, la Policía militar norteamericana abrió fuego «de forma indiscriminada porque sintieron miedo». Los manifestantes, miembros del desmantelado Ejército de Sadam Huseín, se habían concentrado frente al palacio que ahora ocupan las fuerzas norteamericanas para demandar que se le pagaran los salarios atrasados, como la Autoridad Provisional de la Coalición hace con otros funcionarios. Un kilómetro más allá, funcionarios del Ministerio de Agricultura se concentraban para exigir también su soldada, que igualmente dejaron de percibir en marzo con el inicio de la guerra. Dos soldados norteamericano resultaron muertos y otro herido cuando el vehículo todoterreno en el que viajaban fue atacado por un desconocido en el barrio de Hamadi, en el sur de Bagdad. El Ejército estadounidense capturó ayer en Irak a Abid Hamid Mahmud al Tikriti, el secretario presidencial de Sadam Huseín y el cuarto en la lista de los 52 ex líderes iraquíes más buscados. Tercero en el poder después del presidente Sadam Husein y su hijo menor Qusai, Mahmud controlaba el acceso a Sadam y era uno de los pocos que el dictador consideraba de toda confianza. El escándalo por la filtración de unos documentos sobre Irak, en los que la primera ministra de Finlandia, Anneli Jaatteenmaki, basó buena parte de su campaña electoral, provocó ayer su dimisión, apenas tres meses después de su victoria en las elecciones generales frente al socialdemócrata Lipponen. Irak sólo hubiera estado dispuesto a utilizar su armamento químico en «circunstancias extremas porque su uso hubiera confirmado que incumplían con el mandato de las Naciones Unidas». Así lo afirmaba un informe secreto de la Agencia de Inteligencia del Pentágono al que ha tenido acceso el New York Times fechado en noviembre del año pasado. Dicha información está corroborada por una carta enviada al Congreso por George Tenet, el director de la CIA, en la que afirmaba que Irak podría utilizar sus armamento no convencional pero sólo en caso de ser atacado.