Diario de León

| Crónica | Detenido el bufón de Irak |

El último embuste de «Comical Ali»

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I. Allende - corresponsal | londres
León

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Esta vez la información no procedía de su departamento en el Gobierno del ex dictador Sadam Huseín, lo más cercano a una T.I.A. iraquí. Comical Ali , tal como era conocido el ministro iraquí por los periodistas de guerra occidentales destinados en Irak durante el conflicto, pasó a ser durante las semanas de la ocupación aliada el hombre más emblemático del régimen de Husein, la imagen de un castillo de mentiras que como uno de naipes cayó con un simple soplo. Los bulos sobre su posible suicidio, algo que era visto con reverencia entre los fieles al antiguo régimen, fue otra de sus intoxicaciones mediáticas, posiblemente la más lograda. Ni se suicidó ni dio el pecho ante los tanques norteamericanos. El día que entraron las tropas aliadas, el bufón particular de Sadam se cambió sus ropas de guerra por un Lacoste y un pantalón vaquero, tiró las llaves de su Mercedes al Tigris y se refugió en la casa de un pariente, donde pasó casi dos meses dedicado a sus hobbies preferidos: ver la televisión por satélite, que estaba prohibida por Sadam, y beber whisky. Sólo unas horas antes había asegurado ante una nube de informadores que escondían con dificultad sus risas detrás de los micrófonos: «En Irak no hay americanos, se van a rendir o serán enterrados dentro de sus tanques». Sus comentarios ante la cámaras de la televisión de todo el mundo negando la presencia de soldados británicos y estadounidenses en suelo iraquí o su avance hacia Bagdad o la caída del aeropuerto internacional se hicieron tremendamente populares en Occidente. En Londres, esta primavera se pusieron a la venta camisetas con su imagen y un bocadillo en el que se podía leer « We are winning », estamos ganando. Quizás por la seriedad y la frialdad con la que aseguraba y ratificaba sus falsedades fue por los que su popularidad fue creciendo. Así una web suya lanzada no se sabe muy bien si por sus fieles o los admiradores de tanto desparpajo y tanta carota se cayó al recibirse más de 4.000 pinzados por segundo. El lunes por la noche un control militar americano detuvo el vehículo en el que viajaba el ex ministro al norte de la capital iraquí. Los soldados le conocieron al instante, habían visto su cara en muchos partes de la CNN. Los mandos norteamericanos le evitaron el bochorno de ser esposado y le permitieron regresar a su casa-madriguera para recoger su cepillo de dientes y su máquina de afeitar. Está siendo interrogado. «Tiene que contar muchas cosas y esta vez esperamos que sean verdades», indicó una fuente estadounidense con cierta gracia. Es cierto que Comic Ali dijo muchas mentiras durante sus años de ministro, como por ejemplo: «Mentir está prohibido en Irak, Sadam Husein sólo tolera la verdad ya que es un hombre de honor y de palabra». O: «No os creáis nada, devolveremos a esos salvajes a Londres». Pero también es verdad que entre sus muchos embustes este ministro monoinformado también dijo alguna verdad, como por ejemplo: «Bush es un idiota, los americanos no, son muy listos, por lo que no puedo entender por qué han elegido a un presidente idiota».

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