| Crónica | Primera jornada de alto el fuego |
Un día para el pesimismo
El escepticismo y el pesimismo son los sentimientos más comunes en Israel y en los territorios ocupados. A israelíes y palestinos les cuesta digerir el acuerdo de alto el fuego después de 34 meses de intifada. Unos y otros piensan que el acuerdo no se sostendrá durante mucho tiempo y que la violencia pronto volverá a ocupar un lugar predominante en la región. «No me creo nada de los que nos dicen estos días. Me parece muy raro que de la noche a la mañana se nos anuncie una tregua. Por qué ahora? ¿Por qué no hace unos meses y precisamente ahora?», se pregunta Ariel Retik, un dentista de 42 años. Durante la jornada no hubo periódicos israelíes debido al shabbat. La radio y la televisión hebreas se limitaron a repetir en todos sus boletines que se había conseguido una tregua, pero que las autoridades hebreas se reservaban el derecho a intervenir siempre que no se respetara el alto el fuego. En cuanto a los palestinos, el escepticismo era también la tónica dominante. Casi nadie cree que la tregua vaya a durar mucho. Sobre todo porque nadie confía en que Ariel Sharon esté dispuesto a retirarse de los territorios ocupados. Sharon no ha votado a favor de ningún acuerdo de paz con los árabes y los palestinos no creen que de repente se haya convertido en un pacifista. El diario palestino Al Quds no se olvidaba de recordar que el mismo viernes el ejército israelí había llevado a cabo incursiones en Tulkarm y Yenin, y que las detenciones masivas de palestinos habían continuado. También destacaba que en tres prisiones israelíes los palestinos se habían declarado en huelga de hambre. Todo es pesimismo.