La obligada comedia israelí

ISRAEL, su gobierno más exactamente, representa estos días una comedia obligada por su discurso oficial. La tregua anunciada por la resistencia palestina no va con él, carece de todo valor y no cree que valga ni el papel en que está escrita.., pero actúa a toda velocidad en su marco ya que suscita un visible júbilo popular y una fuerte aceptación social. Entre el seco tono gubernamental (Sharon, Mofaz, Shalom...) y la calle hay, allí como en todas partes, diferencias abrumadoras aunque sólo un hecho permita visualizarla: los gestos de alegría de los soldados que ya en la noche del domingo empezaban a replegarse en el norte de Gaza y, sobre todo, en la ciudad de Beit Hanun. Dejar como sea lo que el general Rabin llamó en su día la pesadilla de Gaza. Los militares se abrazaban unos a otros, saludaban con regocijo a los policías palestinos que los sustituirán y utilizaban sus móviles para comunicar a sus familias que vuelven a casa... En las horas siguientes llovían las noticias. Se reabría el puesto fronterizo de Rafah con Egipto, se confirmaba que el miércoles empezará el repliegue en Belén (Cisjordania) y se ampliará en Gaza hacia el área de Beit Lahiya, el general Sharon pedía una lista de los detenidos palestinos (varios millares) para ver de liberar a algunos o muchos de ellos y, sobre todo, se anunciaba para hoy una nueva reunión con Abu Mazen. Israel, potencia atómica, no perderá una guerra contra la resistencia palestina, pero no puede vivir eternamente a la defensiva. Aprecia un respiro. Todo ha ido razonablemente bien en las primeras 48 horas de tregua. Lo peor está por venir.