Tres ataques contra las tropas en Irak siembran más confusión

? El mantenimiento del orden en Irak se está transformando en una auténtica pesadilla para Estados Unidos. Ayer se produjeron cerca de Bagdad tres ataques contra los estadounidenses que causaron al menos siete heridos entre las tropas de ocupación. Los atentados se producen justo un día después de que el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, asegurara todo circunspecto a los medios de comunicación que la situación en Irak, «no tiene nada que ver» con la caótica ocupación de Vietnam con la que lidió el país hace más de 30 años. La verdad es que a la vista de lo que acontece en Irak todos los días, resulta cada vez más difícil creerle. Los ataques también sucedieron pocas horas después de que una explosión destrozara una parte de una mezquita en la ciudad de Faluja, a unos 50 kilómetros que causó la muerte 10 iraquíes y mientras otros cuatro resultaron heridos. De nada sirvió que los altos mandos estadounidenses se desgañitaran en asegurar que no tenían nada que ver con esa explosión, que ninguno de sus vehículos o aviones de combate se hallaba en la zona en el momento de la catástrofe. La población iraquí, convencida de lo contrario y furiosa contra el ejército ocupante, se pasó el día buscando entre los escombros para demostrar que la explosión había sido fruto de un artefacto made in USA. Entretanto, en el sur de Bagdad, unos iraquíes armados de un lanzamisiles dispararon contra un vehículo militar estadounidense. Sus tres ocupantes resultaron heridos, dos de gravedad. Otros tres soldados estadounidenses fueron heridos en el centro de la capital después de que explotara «un artefacto explosivo improvisado», según afirmó un portavoz del Pentágono. A pesar de varios informes que aseguraban que nadie había sobrevivido al atentado, las autoridades sólo confirmaban la muerte del intérprete iraquí que iba con los tres soldados. Por último, otro ataque con lanzamisiles contra las tropas de EE UU en Samarra hirió a otro soldado. Las tropas estadounidenses mataron a dos personas cuyo vehículo no se detuvo frente a un puesto de vigilancia. «Nada de esto puede considerarse sorprendente o inesperado» dijo ayer Paul Bremer, el estadounidense encargado de administrar el país. Bremer trató de restar importancia a la oleada de atentados perpetrada contra sus paisanos al asegurar que los enemigos de las fuerzas invasoras estaban «desesperados».