La tregua del dios Bush

La esperanza es un buen desayuno pero una mala cena. ¿Llegarán a la cena de la esperanza los compañeros-enemigos de la Hoja de Ruta, palestinos e israelíes? Vivimos horas llenas de tensión, de incertidumbre y de algún rayo de esperanza. Pero da gusto ver a los palestinos moviéndose libremente por la carretera de Saladino. El pasado trabaja para que esa cena no se celebre, pero después de 33 meses de desolación, 3.000 muertos (palestinos en su mayoría) ¿qué es lo que queda si no es esto, la paz impuesta por George Bush? Todo está prendido con alfileres. Nos tapamos los oídos para en medio de esta frágil tregua no llegar a escuchar las explosiones y los cuerpos despedazados que nos devuelvan al día anterior de la Pax Americana . Hace veintiún meses que Bush empezó con esta idea después de mirar hacia otro lado, como si el problema no fuera con él cuando esta grave crisis es la madre del cordero. Arriesgó el caos, jugó fuerte para intentar la estabilidad: su objetivo ha sido siempre la protección de Israel. A Hamas no le quedaba otra salida. Tel Aviv cree que acepta la tregua para rearmarse, pero siempre se ha dicho del movimiento de resistencia islámica que aunque no cree en la Hoja de Ruta ni en su futuro, sabe dar pruebas de pragmatismo táctico sin olvidar su estrategia de liberación de Palestina. Para que el armisticio no se interprete con una rendición, puede hasta recurrir a la no violencia y otros métodos. La situación no puede ser más patética: son muchos los palestinos que viven por debajo del umbral de la pobreza. La alternativa, si fracasa la pausa es la tercera intifada para unos y el regreso del ejército, la construcción de nuevos asentamientos y alambres de espino de separación para otros. Con enorme recelo tanto israelíes como palestinos aceptan esta tregua. ¿Por qué lo hacen? Porque Estados Unidos es la hiperpotencia Y porque los dos bandos muestran fatiga de la muerte, la ruina, de la desesperación. ¿Será este el momento? En la Edad Media las treguas se celebraban en periodos concretos, entre el Adviento y la Cuaresma, por ejemplo. Era la tregua de Dios. Esta es la tregua de Bush.