El primer ministro italiano reabre ante Prodi la polémica y repite que sufrió «graves ofensas»
Berlusconi corrige a Schröder y dice que él no ha pedido excusas a nadie
«Espero que alguien cercano le aconseje bien», responde un portavoz del Gobierno alemán
? Parecía imposible, pero Berlusconi lo ha vuelto a conseguir. Este viernes, en su segundo acto como presidente de turno de la UE ahondó aún más en su metedura de pata del primero, el miércoles, cuando llamó «nazi» al eurodiputado alemán Schulz. La crisis parecía cerrada después de que el canciller Schroeder anunciara el jueves que el primer ministro italiano le había pedido disculpas por teléfono. Sin embargo, il Cavaliere volvió por sus fueros para mantenerse en sus trece: «Quiero subrayar que yo no he pedido excusas a nadie, es más, protesté con fuerza por las graves ofensas que sufrí», dijo en rueda de prensa en presencia de Romano Prodi, cuya cara quedó convertida en un poema a la desolación. Berlusconi reabrió la crisis que la UE deseaba olvidar cuanto antes, echó más leña al fuego con nuevos matices sonrojantes y volvió a dejar patas arriba la recién reconstruida armonía comunitaria. Solamente reconoció haber transmitido su contrariedad por si alguien había interpretado «una frase irónica como una lesión al sentimiento de un país». «Pero no ha pedido disculpas, sólo he precisado mi pesar», insistió. Lo paradójico es que le dio pie la pregunta de si pensaba disculparse ante el Europarlamento, como había pedido por la mañana su presidente Pat Cox. Quedó bien claro que no. Cox había puntualizado que la cuestión «no puede ser resuelta con una conversación telefónica bilateral». «Nos alegramos de los progresos realizados, pero la solución definitiva requiere una aclaración de Berlusconi con el Parlamento europeo», anunció. A lo largo del día no se supo qué pensaba del nuevo escenario. El líder de Forza Italia no sólo perdió la oportunidad de callarse, sino que enriqueció aún más la polémica. «Intervine en el Parlamento incluso con dulzura», insistió. «Me referí a los modos del diputado alemán, que me había recordado un Schulz de una serie de televisión de los setenta, «Los héroes de Hogan», donde había un Schulz que era un buenazo al que le hacían de todo». Berlusconi añadió que la atmósfera de la cámara en ese momento le parecía «festiva y folklórica» y por eso habló de esa manera. De inmediato, la atención se trasladó a Alemania, que acababa de quedar en una posición dudosa. El portavoz del Gobierno alemán, Bela Anda, había repetido por la mañana que consideraba cerrado el caso. «Berlusconi ha expresado su pesar por la elección de los términos y la comparación. Esto es claro e inequívoco, no pudo ser malentendido y ha sido entendido como una presentación de excusas. Lo demás son reflexiones semánticas», sentenció. La cuestión volvió a ser planteada por la tarde. Anda respondió con una declaración seca: «Espero de verdad que alguien cercano a Berlusconi le dé un buen consejo». Prodi, como en Estrasburgo, prefirió guardar silencio. «No he pedido excusas a nadie; es más, protesté con fuerza por las graves ofensas que sufrí» SILVIO BERLUSCONI Nuevo presidente de la UE