Bélgica anula la capacidad para juzgar los crímenes contra la humanidad

El nuevo Gobierno belga ha aprobado un proyecto de reforma de la polémica ley de competencia universal como primera medida, en una clara señal a EE.?UU. e Israel de que pretende zanjar los incidentes diplomáticos y evitar una crisis con la OTAN. En su primer Consejo de Ministros, pocas horas después de jurar ante el rey Alberto II, ayer, sábado, el nuevo Ejecutivo belga -una coalición de liberales y socialistas- aprobó un anteproyecto de ley sobre la represión de violaciones graves del derecho humanitario. La celeridad se debe a que el primer ministro, el liberal Guy Verhofstadt, quiere que el Parlamento lo adopte antes de las vacaciones. Intenta así disipar las tensiones diplomáticas con varios países, dado que la medida deroga de facto la llamada ley de competencia universal, tal y como fue modificada en 1999 y en 2003. La ley original de 1993 otorgaba a los tribunales belgas la competencia de juzgar crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad cometidos en cualquier lugar del mundo. Desde que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, fuera denunciado por crímenes de guerra, éste se niega a pisar suelo belga y las relaciones diplomáticas se han deteriorado seriamente. Además, Washington amenazó en junio con bloquear la financiación de la nueva sede de la OTAN en Bruselas en represalia por esa ley, que ha permitido denuncias contra el presidente de EEUU, George W. Bush, y sus más estrechos colaboradores gubernamentales y militares. El nuevo texto se basa en un estudio comparativo de la legislación en vigor en países occidentales que han instaurado una competencia universal limitada, conservan las reglas de inmunidad del derecho internacional o consuetudinario, y un punto de atadura personal (autor y/o víctima) o territorial claro con el país. Con esta nueva revisión, las disposiciones relativas a la competencia universal limitada serán integradas en el derecho común. Además, los denunciantes y las víctimas sólo podrán ser de nacionalidad belga o residentes en Bélgica desde al menos tres años. Si el presunto autor de los hechos es de nacionalidad belga o su residencia principal está en Bélgica, la denuncia podrá presentarse contra él con constitución de acusación particular. Cuando el acusado sea belga o resida habitualmente en Bélgica desde al menos tres años, la queja podrá presentarse, sin constitución de acusación particular, ante el fiscal federal. El fiscal tendrá en cuenta en el examen de los hechos tratados multilaterales como los de la Unión Europea o del Atlántico Norte. El anteproyecto del Gobierno retoma también las reglas de inmunidad conformes al derecho internacional. Todos los casos pendientes en el momento de la entrada en vigor de la ley serán retirados de la instancia judicial que los trata, a excepción de los que están directamente relacionados con Bélgica. Esto significa que las acciones públicas relativas a hechos ocurridos en Ruanda, Guatemala y Chad, en las que había implicadas víctimas belgas, permanecerán intactas. Según el ministro de Exteriores, Louis Michel, con esta revisión se quiere evitar una crisis con la OTAN y el «abuso sistemático por motivos políticos por parte de personas y organizaciones». «Habrá filtros y será totalmente imposible abusar de la ley con malas intenciones», subrayó Michel. Los continuos gestos de Verhofstadt no fueron suficientes para hacer amainar la furia de EE?UU.