Putin asegura que no se va a paralizar el retorno a la vida pacífica

El Kremlin puso ayer en máxima alerta al Ejército en Chechenia y a la Policía por todo el país, mientras en Moscú -en plena temporada turística- se cerró al público la Plaza Roja y se canceló la celebración del Día de las Tropas de Desembarco Aéreo. El presidente ruso, Vladímir Putin, celebró ayer dos reuniones de emergencia con máximos dirigentes de Seguridad y la Fiscalía para analizar la situación en la zona de la «operación antiterrorista», como llama el Kremlin a la guerra chechena. Putin denunció que el «acto terrorista infrahumano» cometido por «bandidos» que buscan «desestabilizar la situación» en el Cáucaso ruso «no podrá detener el proceso de arreglo político y de retorno a la vida pacífica» en Chechenia. Pero esta tesis choca con las críticas de sectores liberales y grupos humanitarios, que acusan al Kremlin de maquillar la guerra chechena existente y silenciar las víctimas civiles para convencer al país y al mundo de que el conflicto está en vías de solución.