Dos radicales palestinos se inmolan en Rosh Ha'ayin y en Airel causando dos víctimas
Dos atentados suicidas en Israel ponen en peligro la Hoja de Ruta
Sharon cancela la liberación inminente de 80 presos y anuncia que no seguirá?el plan de paz
Israel amanecía ayer con dos atentados suicidas realizados casi de forma simultanea y ambos, además, perpetrados a poca distancia. El primero de ellos, en la localidad israelí de Rosh Ha'ayin, aledaña a la línea de división entre Israel y Cisjordania, la llamada Línea Verde, y el segundo en las inmediaciones del asentamiento judío de Ariel, a pocos kilómetros. Entre ambas acciones hubo menos de una hora de diferencia. A las nueve de la mañana se producía el primer atentado en la entrada de una farmacia, en el centro comercial de Rosh Ha'ayin, casi desierto a esas horas de la mañana. Además del joven suicida palestino, de 17 años, moría un israelí y 13 personas resultaban heridas. Cuando aún estaban los servicios de seguridad israelíes intentando justificar, ante las cámaras de televisión, el fallo de sus medidas preventivas, se anunciaba la segunda explosión, esta vez en la estación de servicio situada en la entrada del asentamiento judío de Ariel, del que mucho se ha hablado los últimos días porque junto a él pasa el llamado "muro de defensa", lo que ha sido denunciado incluso desde EEUU. Otro joven de 17 años se auto-inmolaba junto a un grupo de muchachos que esperaban el autobús. Uno de ellos moría junto al suicida palestino, y tres sufrieron heridas de gravedad. Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado fuera de control del Movimiento Al Fatah, reivindicaba la primera de las acciones, mientras el brazo armado de Hamas -los Batallones de Izadín Al-Kasam- firmaba a través de su página web la autoría del segundo, perpetrados en ambos casos por jóvenes de la ciudad de Nablus. Precisamente, Hamas señalaba que sus acción era la respuesta a la operación militar llevada a cabo el pasado viernes, en esta ciudad cisjordana, en la que murieron cuatro palestinos, dos de ellos activistas de su brazo armado. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, reaccionó cancelando la liberación de unos 80 presos comunes, que ya estaban montados en los autocares para ser liberados. «Israel no podrá continuar con el proceso de paz, a pesar de su fuerte deseo, si el terrorismo no cesa por completo», señaló al tiempo que pedía una vez más el desmantelamiento y desarme de los grupos de la resistencia palestina. También anunció que no traspasarán a control palestino ninguna otra ciudad de los territorios ocupados.