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Muere en Arabia el ex dictador Idi Amín, uno de los más sanguinarios

El ex presidente ugandés Idi Amín Dada murió este sábado a los 78 años en el hospital Rey Faisal de la ciudad saudí de Yedá, después de varias semanas de cuidados intensivos.

El ex dictador ugandés Idi Amín, en una imagen de archivo

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Agencias - ep | londresep | londres

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El ex dictador, que desde hacía mucho tiempo sufría hipertensión, entró en estado de coma el pasado 18 de julio, del que se recuperó levemente para volver a recaer. Amín, que gobernó este país entre 1971 y 1979, será recordado como uno de los mandatarios más sangrientos de la historia de África. Más de 400.000 personas murieron o desaparecieron durante su régimen, mientras que decenas de miles de asiáticos fueron desterrados de Uganda. Tras el golpe de Estado que le expulsó del poder el 11 de abril de 1979, en una acción impulsada por el Frente Nacional de Liberación de Uganda y el Ejército de Tanzania, Amín abandonó Uganda y vivió durante una década en Libia, para después exiliarse definitivamente en Arabia Saudí El reino del terror de Idi Amín se inició en Uganda en 1971, cuando derrocó a Milton Obote Impulsor de una política ultranacionalista, lanzó un programa de «africanización» de Uganda con el que dio, en 1972, un plazo de tres meses a la comunidad asiática (unas 70.000 personas) para que abandonase el país, acusándola de ostentar el monopolio del comercio y la agricultura en perjuicio de la población local del país. También fue de dominio público su canibalismo. Cuando fue derrocado, se encontraron frigoríficos repletos de carne humana en los sitios que solía frecuentar. Además, muchos de sus funcionarios confesaron esta práctica. Conocido como el Calígula africano, Amín alardeaba de que comía carne humana, lo que explicaba aduciendo que «era más salada y blanda que la animal. Es un banquete, es lo que más extraño cuando estoy fuera de mi país». Además, ordenaba asesinar a todos sus detractores vestidos de blanco «para que se les viera mejor la sangre», en ejecuciones que solían ser emitidas en directo por la televisión nacional. Después, pedía que sus cuerpos fueran desmembrados. Amín también era conocido por su predilección por humillar a sus colaboradores en público. En una ocasión su ministro de Justicia se atrevió a contradecirlo en público. El alto funcionario, tras ser sometido a una fuerte reprimenda por televisión y a una sesión de tortura, se convirtió en el plato principal de un banquete que Idi ofrecía en su palacio presidencial.