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El general al mando del contingente español califica la revuelta como un «asunto interno»

Los marines suspenden el?gobierno de Diwaniya ante los disturbios

Los soldados americanos advierten de que dispararán contra los que lancen piedras

Un hombre pasea junto al Palacio de Gobierno en Diwaniya, saqueado durante la última revuelta

Publicado por
David Beriaín - enviado especial | diwaniya
León

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Dos manifestaciones que acaban a tiros en una semana, doce heridos de bala, el saqueo y la destrucción de la casa de Gobierno y el apedreamiento de sus soldados han sido suficientes para los marines norteamericanos que controlan Diwaniya, la ciudad iraquí donde se ha desplegado el contingente español. Ayer, su líder, el coronel Malay, hizo saber por televisión que el Gobierno civil local dejará de funcionar hasta que esté lista la nueve sede que se está construyendo. Eso, en la práctica, significa la suspensión de sus poderes por lo menos por un mes. También queda suspendida hasta nueva orden la asamblea consultiva local. Y al gobernador Hazem Al Salam, Malay le ha recomendado que se quede en su casa y que no salga para nada en la televisión, porque cada vez que lo hace arde la ciudad. Para coronar las palabras de Malay, los altavoces que llevan los marines en sus blindados y la televisión local hicieron una última advertencia: «Dispararemos a los que tiren piedras a los soldados». Con esto los norteamericanos pretenden parar la ola de protestas que sufre la ciudad. Los manifestantes piden el pago de sus salarios atrasados, más electricidad, agua potable, combustible y la dimisión de un Gobernador que ha colocado a familiares y amigos en los puestos de gobierno y los empleos públicos. El sábado los manifestantes, tras un tiroteo de un hora, arrasaron la sede del Gobierno. Los marines hicieron un vago intento de pararlos, pero sus vehículos fueron recibidos con una lluvia de piedras que no paró hasta que los soldados echaron pie a tierra y encañonaron a los manifestantes. Ayer el edificio aparecía desierto, vigilado por dos policías que no tenían nada que cuidar. Se llevaron hasta las tapas de los enchufes y los cables de la luz. En el techo y en las paredes se apreciaban impactos de bala. «Es que cuando entraron se llevaron seis fusiles que teníamos aquí guardados y empezaron a disparar dentro del edificio como locos. Los marines vieron cómo estábamos y no hicieron nadaö, dice uno de los policías. Asuntos internos Para las tropas españolas las medidas tomadas por los norteamericanos significan un gran cambio, porque cuando asuman el control de la zona a principios de septiembre, ellos serán la única autoridad, ya que la civil queda suspendida. El general Cardona, jefe del contingente, valoró los disturbios como un asunto interno y dijo que por ahora ningún elemento amenaza a las tropas directamente como ocurre en otras zonas del país.