Los turistas llegan a Europa en medio de la polémica por el rescate
El largo martirio de casi seis meses que vivieron siete turistas alemanes, tres suizos y un holandés, que fueron secuestrados en el Sahara argelino por un misterioso grupo islamista, llegó a su fin este miércoles cuando un Airbus del Ejército alemán aterrizó en el sector militar del aeropuerto de Colonia con los rehenes a bordo y con Jürgen Chrobog, el enviado especial del Gobierno alemán, quien tuvo éxito en negociar, indirectamente, la liberación de los turistas. Pero el final feliz del calvario de los 14 turistas y el éxito de la delicada operación diplomática, que puso en marcha el Gobierno alemán para liberar a los rehenes, quedó eclipsado por una amarga discusión que nació cuando varios políticos alemanes exigieron que los secuestrados paguen parte de los gastos que ocasionaron su liberación, por ejemplo, el desplazamiento de dos aviones del ejército alemán a Malí. El éxito del operativo diplomático, que estuvo dirigido desde un comienzo por Jürgen Chrobog, uno de los diplomáticos más experimentados del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, también fue cuestionado por la prensa germana a causa del pago de un rescate millonario, estimado en unos 5 millones de euros. Aunque el Gobierno se negó a dar informaciones al respecto, la prensa denunció el riesgo que corría por el hecho de aceptar pagar un rescate a un grupo que calificó como «terroristas» y sentar un peligroso precedente para futuras tomas de rehenes. «Ésta ha sido la acción de rescate de turistas alemanes más difícil y más costosa que hemos llevado a cabo», dijo Chrobog. A pesar del debate, los rehenes liberados no ocultaron su alivio y alegría cuando descendieron del avión militar alemán. A pesar del largo cautiverio, los turistas se veían sanosy no parecían haber estado alejados de la civilización durante tanto tiempo.