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| Reportaje | Aniversario del asesinato de Martin Luther king |

Un sueño de 40 años

Publicado por
Jorge A. Bañales - washington
León

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Cuarenta años después de que Martin Luther King proclamara su sueño de una nación sin discriminación racial, ésta perdura y en Estados Unidos las dos minorías más numerosas, latinos y negros, siguen sin alcanzar aquel ideal. Ayer, miles de personas con causas y reivindicaciones diferentes se congregaron en Washington ante la escalinata del Lincoln Memorial y en torno al estanque Reflecting Pool donde, el 28 de agosto de 1963, más de 250.000 personas, en su gran mayoría de piel negra, escucharon la inspirada oratoria de King. «Yo tengo un sueño», proclamó el líder de los derechos civiles en su discurso de 1.550 palabras, «el sueño de que algún día viviremos en una nación donde mis cuatro hijos no sean juzgados por el color de su piel sino por su carácter». «Cuando dejemos que cante la libertad desde cada pueblo, cada Estado, cada ciudad, estaremos más cerca del día en que todas las criaturas de Dios, negros y blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y canten, como en el viejo espiritual negro: '¡Libres, por fin! ¡Gracias, Dios, somos libres al fin!». Pero la liberación con que soñaba King, y que inspiró al arrollador movimiento de los derechos civiles durante una década, la liberación de los prejuicios y de los estereotipos, sigue siendo una esperanza en Estados Unidos. No obstante, se han registrado muchos cambios: hoy dos de los rostros más conocidos en el Gobierno del presidente George W. Bush, el secretario de Estado, Colin Powell, y la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, no sólo son negros sino que, al menos Powell, es un habitual en la lista de presidenciables. La aplicación de políticas de privilegio a las minorías para acortar la ventaja que históricamente han disfrutado los blancos ha facilitado el acceso a la educación a gran número de negros, hispanos y otras minorías étnicas. En lo que se refiere a los negros, sin embargo, los cambios no han sido todos a favor. Aunque los negros son ahora el 12,8 por ciento de los 280,5 millones de habitantes de Estados Unidos, representan casi el 60 por ciento de los más de dos millones de personas que están en prisión en este país. Esto significa que, de cada tres hombres negros jóvenes, uno se encuentra tras las rejas, está en libertad condicional o bajo supervisión de alguna institución de vigilancia. Mientras que el índice general de desempleo en EE.??UU. es del 6,2 por ciento, para los hispanos es de casi el 8 por ciento y para los negros es de más del 10 por ciento. El 11,7 por ciento de los blancos en EE.?UU. viven en situación de pobreza, mientras que entre los negros son el 22,7 por ciento. Sin embargo, esto refleja un gran cambio desde 1960, cuando más del 50 por ciento de los negros vivían en la pobreza. «Cuarenta años más tarde, los problemas que debían haberse resuelto de hecho han empeorado», según Martin Luther King III, hijo del máximo líder pro derechos civiles que ha tenido EE.?UU. «Tenemos casi catorce millones de personas en la pobreza, 44 millones de personas sin seguro médico, y en los últimos dieciocho meses tres millones de personas han perdido su trabajo», recordó el hijo del dirigente asesinado en 1968. Tras la muerte del mito luchador se consiguió terminar con su persona pero no con su mensaje ni con su sueño, un sueño que se mantiene vivo a través del tiempo en millones de personas. Personas que pelean cada día para terminar con una discriminación que se encuentran nada más atravesar las fronteras y llegar a ese país de brillo y esplendor que les vendió el sueño americano.

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