El tercer hombre de la ANP

Ahmed Qurei nació en 1937 en Abu Dis, un barrio contiguo a Jerusalén oriental que se encuentra a escasos 200 metros de la ciudad amurallada. La mayor parte de su vida ha transcurrido en exilio. Banquero de profesión, a finales de los sesenta se afilió a Fatah, el partido de Yaser Arafat, y en seguida llegó a la cúpula de la principal formación de la OLP. Abu Alá jugó un papel relevante en las negociaciones secretas entre Israel y la OLP y desde entonces mantiene unas relaciones cordiales con varios líderes israelíes. Además de ser un tecnócrata consumado, Abu Alá es una persona con un gran encanto personal, como atestiguan todos los políticos israelíes que participaron en las negociaciones de Oslo. Sus prendas personales le han ganado un sinnúmero de amigos, incluso entre los israelíes más radicales. Y este punto juega a su favor en estos momentos. Considerado el número tres de la OLP, sólo por detrás de Arafat y Abu Mazen, Abu Alá tiene la dificultad de que no cuenta con un campo propio dentro de la dirección palestina. Pero a su favor juegan las buenas relaciones que mantiene con los israelíes. Quien cae bien a Israel cuenta automáticamente con el apoyo de Washington y éste es el caso de Abú Alá. Si finalmente es designado primer ministro, Abu Alá tendrá que hacer frente a los mismos problemas que tuvo Abu Mazen, con la única excepción de que sus relaciones con Arafat son fluidas.