La carta del capitán

HAY misivas con suerte. La que envió al presidente Bush un capitán desde Bagdad, ordinariamente destinada a ser respondida con un amable y mecánico acuse de recibo de la Casa Blanca tuvo mejor suerte: el presidente cerró con ella su mensaje del domingo a una opinión que aguardaba su ponderado discurso. El capitán le dice al comandante en jefe que ha visto en los ojos de los iraquíes el ansia de libertad y oportunidades y que él sabe que se esfuerza por dárselas. Con este inesperado acuse de recibo y un emocionado elogio a los hombres y mujeres que luchan en el frente concluyó el presidente su alocución. El frente no es descrito como el del Irak, sino como el de la guerra contra el terror: tal fue el eje de la intervención presidencial de principio a fin en un domingo que abría la semana del segundo aniversario del 11-S en un espeso clima de rumores sobre preparativos de atentados a cargo de un pretendido portavoz de Bin Laden. Bush, que siente el peligro electoral con la caída sostenida en las encuestas, ha optado por una especie de vía intermedia: los Estados Unidos no se retiran ni abandonan y él va a encontrar 87.000 millones de dólares adicionales para financiar un año adicional de gasto militar específico en Irak y Afganistán. Pero aceptará contribuciones políticas, financieras y militares de terceros. Hay que anotar el tono comedido, la cortesía con que refirió a los aliados, socios y amigos del pasado que no aprobaron la expedición anglo-americana. Si desean un papel clave para la ONU en la restauración política de la soberanía nacional iraquí y su transición política, la tendrán. Washington sólo pide -al menos hoy- que el mando de una fuerza internacional siga en sus manos. Powell ya ha dicho sí a una sugerencia de Kofi Annan de reunir en Ginebra este fin de semana a los cinco ministros de Exteriores de los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que necesitan muchas más garantías políticas adicionales antes de comprometerse. La primera es que una nueva resolución no avale, por la puerta de atrás, la invasión a la que se opusieron. Bush cuantificó en una división multinacional más lo preciso a corto plazo. El capitán que le escribió desde Bagdad agradecerá mucho su llegada. Eso es seguro...