Londres anuncia el primer envío de tropas adicionales al sur del país
El Gobierno británico anunció ayer el envío inmediato a Irak de 1.200 soldados adicionales para reforzar la seguridad de la zona sur del país y el posible envío de otros 1.000 más en las próximas semanas, cuando la revisión de las necesidades militares termine su curso. Las tropas que partirán de sus bases en los próximos días pertenecen a los batallones de Infantería Ligera y de los Casacas Verdes Reales. El Ministerio de Defensa explicó que, además, llegarán en los próximos días unidades más especializadas. El envío de nuevas tropas es la respuesta inmediata a la revisión del contingente británico en la zona del Mando Sur, con cuartel general en Basora, que linda con la zona en la que están desplegadas las tropas españolas, bajo mando polaco. El envío de tropas es producto de la inseguridad provocada por el número de atentados terroristas, que ha impedido hasta ahora el cumplimiento del objetivo más inmediato que las autoridades británicas establecían hace dos meses, el restablecimiento de los servicios de agua y electricidad, que son objeto de sabotajes. Comentaristas con experiencia en asuntos militares han afirmado en los últimos días que la mayor deficiencia que tiene el despliegue militar actual en Irak es la falta de inteligencia sobre los grupos que perpetran actos terroristas y que el aumento de tropas regulares puede sólo paliar el problema de seguridad. El anuncio del envío de tropas provocó un agrio debate en la Cámara de los Comunes, que reanudó ayer sus actividades. La oposición conservadora y parlamentarios laboristas críticos con la guerra en Irak acosaron al Gobierno. El portavoz de Exteriores en la oposición conservadora, Michael Ancram, afirmó que la situación actual es producto de la falta de una adecuada planificación sobre la posguerra en Irak. El portavoz de Defensa, Bernard Jenkin, criticó al Gobierno de Blair porque, en su juicio, obliga al Ejército a «pagar los platos rotos de una política desastrosa». El despliegue británico en el sur de Irak comienza a equipararse con el que ha mantenido en Irlanda del Norte en momentos de tensión.