El asesino de Linch tiene problemas con el alcohol y consume cocaína
? La Policía sueca consiguió en la noche del martes su primer éxito en la investigación del asesinato de Anna Lindh con la detención de un sospechoso, aunque sus responsables prefirieron no lanzar aún las campanas al vuelo e insistieron en que las pesquisas continúan y que la investigación será larga. El responsable de la investigación, Leif Jennekvist, compareció a última hora de la noche del martes, feliz por la detención pero extremadamente cauto, en una conferencia de prensa en la que confirmó la detención de un sospechoso pero insistió en que aún quedan muchas cosas que investigar. En la detención del sospechoso desempeñaron un papel importante las pistas que ofreció la población para localizarlo. Los portavoces policiales aún no han hecho público el nombre del sospechoso, aunque los medios suecos venían ayer cargados de informaciones de fuentes cercanas a la investigación que coinciden en atribuirle un perfil marcado por una conducta violenta, antecedentes penales y el abuso del alcohol y las drogas. Según estas informaciones, el detenido tiene dieciocho antecedentes penales por delitos como agresión, estafa, daños a propiedades ajenas, resistencia a la autoridad o amenazas a funcionarios públicos y pasó por la cárcel en varias ocasiones. Un informe psiquiátrico que le realizaron el año pasado con motivo de un juicio desveló que padece transtornos de personalidad y narcisismo, pero no sufre ninguna enfermedad mental grave. El propio detenido reconoció entonces que tenía problemas con el alcohol y que consumía cocaína. Varios diarios de Estocolmo escribían ayer que el sospechosos tiene contactos con ultraderechistas de la capital. Sin embargo -y sin querer confirmar esta relación con el entorno neonazi- Jennekvist indicó que la Policía no cree que tras el asesinato de Lindh se escondan motivos políticos. Lindh, de 46 años, fue asesinada cuatro días antes de un referéndum sobre la adopción del euro en Suecia, de la que era acérrima defensora. La propuesta fue rechazada por la mayoría del electorado sueco en la consulta.