Diario de León

El apagón sorprendió a Roma en la fiesta en que toda la ciudad abría hasta el amanecer

Una cadena de fallos en Suiza y Francia deja a Italia sin luz toda la noche

El Gobierno reconoce las carencias de su red energética y la urgencia de nuevas centrales

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Íñigo Domínguez - roma
León

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Cerca de 60 millones de italianos, todo el territorio nacional salvo la isla de Cerdeña, se quedaron la noche del sábado sin corriente eléctrica desde las 3.30 de la madrugada, un colosal apagón sin precedentes en la historia del país que fue más visible de lo normal por una insólita coincidencia: Roma celebraba la noche blanca, una iniciativa que mantenía despierta la ciudad hasta el amanecer con negocios, restaurantes, cines, museos y edificios públicos abiertos. Se calcula que 400.000 personas participaban en la fiesta de la capital, sin embargo no hubo escenas de pánico. El único episodio de angustia fue el que vivieron las miles de personas que se quedaron encerradas en el metro, pero fueron evacuadas en dos horas. La ausencia de caos y la eficiente respuesta de los servicios de Protección Civil fueron la buena noticia de la jornada, mientras las infraestructuras básicas, como hospitales o aeropuertos, continuaron su trabajo gracias a sistemas autónomos de emergencia. Pero, por otro lado, quedó al descubierto la dependencia energética de Italia, con una sensación ya familiar de chapuza nacional por la carencia de centrales. El país toma un 20% de su electricidad del extranjero, en gran medida de Francia y también de Austria y Eslovenia. Fue de la conexión francesa de donde procedió el colapso al interrumpirse el suministro de energía, pero parece que el primer origen del corte se encuentra en Suiza y después pasó en cadena a sus vecinos. Las entidades eléctricas de los tres países se echaban ayer las culpas en busca de explicaciones. La red italiana, a la espera de una investigación definitiva, parece ser la única de los tres países que no estuvo a la altura. La electricidad volvió a llegar desde Francia a las 9.40, seis horas después del corte, pero la normalidad tardó bastante más. No obstante, el hecho que fuera domingo amortiguó las consecuencias de forma considerable. El norte del país y ciudades como Milán, Turín, Génova y Venecia se fueron despertando sin sobresaltos, pero la potencia eléctrica del centro y sur de Italia estaba todavía a medias. Roma recuperó completamente la corriente a las 15.30, mientras el servicio en el resto de las regiones aún se hallaba entre el 20% y el 40% de la capacidad total. El servicio se fue restableciendo a lo largo de la tarde. El 80% de los vuelos programados en el aeropuerto de Roma salieron con retraso, pero salieron y la peor parte se la llevó el ferrocarril. El apagón paralizó en mitad de sus trayectos a 110 trenes que circulaban de madrugada con 30.000 viajeros. Aunque todo quedó en un susto, la magnitud de la avería desató enseguida el debate sobre la calidad de la red energética italiana, surgido ya este verano con una serie de apagones causados por el aumento del consumo a raíz de la ola de calor. Gobierno y oposición protagonizaron la habitual sucesión de excusas y reproches. Según la patronal, Confindustria, la asignatura pendiente de la red eléctrica ha alcanzado la categoría de «emergencia nacional».

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