Israel extiende la guerra a Siria al atacar un campo de refugiados

Cuando todas las miradas apuntaban a la Mukata por las posibles represalias contra Yaser Arafat tras el atentado suicida que mató a 19 personas el sábado en Haifa, Ariel Sharon decidióa extender de forma inesperada «su guerra contra el terrorismo» más allá de sus fronteras, y lanzaba en plena noche un ataque aéreo contra el campo de refugiados palestinos de Ein Tzacheb, a unos 50 kilómetros al noroeste de Damasco. En el bombardeo al menos un hombre resultó herido, según informaron las autoridades sirias. Según los servicios de seguridad israelíes, el objetivo era una base de entrenamiento de las organizaciones palestinas donde los activistas recibían adiestramiento militar, extremo que han negado tanto las milicias como el Gobierno sirio. El portavoz de Sharon, Ranán Gissin, declaraba a primera hora que el ataque era un mensaje a Siria y Teherán. «No toleraremos la continuación del eje del terrorismo, y hemos decidido expandir nuestras operaciones contra el terror». Desde ahora Israel considera como «objetivos legítimos» a todos los que «protegen a los terroristas», aunque a media tarde otro portavoz gubernamental matizaba que el ataque «no era contra Siria, sino contra la Yihad Islámica». No se sabe si Ariel Sharon informó a EE.?UU. con anterioridad de sus intenciones. Pero la Casa Blanca convocaba anoche una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU a instancias del gobierno sirio. La petición siria fue remitida por carta al secretario de la ONU, Kofi Annan. «Siria no está dispuesta a permitir que el Estado judío retome su política de agresión», advertía en la misiva el ministro de Exteriores sirio, Faruk Shara, añadiendo que la agresión «supone un enorme desafío a toda la comunidad? internacional y a la Carta Magna». El jefe de la diplomacia siria subrayó que el objetivo aéreo fue una «zona civil». Fuentes de la Yihad Islámica afirmaron que todos sus militantes armados «se entrenan dentro de Palestina». La inquietud de la Autoridad Palestina era evidente ante el temor de que a partir de ahora sean atacados todos los palestinos refugiados en países árabes limítrofes. Mientras, el Ejercito hebreo imponía el estado de sitio en la franja de Gaza, dividiéndola en cuatro zonas aisladas tras cortar sus arterias principales. Además, un palestino caía abatido al sur de este territorio. En Jerusalén también se cerraban todos los accesos de la ciudad, y varias ciudades cisjordanas, entre ellas Jenín y Kalkilia, se encuentran en estricto estado de sitio. Los dirigentes hebreos amenazaron a Siria e Irán con más ataques asegurando que estos dos países forman parte de un «eje del mal» junto con la franja de Gaza. Un consejero del primer ministro Ariel Sharon subrayó que Israel volverá a atacar a Siria «si sigue dando cobijo a los terroristas».