Una fuente de la Mukata informa de que el líder palestino ha sufrido un nuevo infarto
Abú Alá presenta su dimisión a Arafat antes de empezar a gobernar Palestina
Un acalorado debate que sacó a la superficie la fragilidad de la política palestina
El primer ministro palestino, Abú Alá, presentó ayer su dimisión al presidente Yaser Arafat después de un acalorado debate que sacó a la superficie la fragilidad de la política palestina. El primer enfrentamiento, y quizás el definitivo, entre los dos dirigentes palestinos tiene dos puntos de referencia, aunque por la noche Arafat todavía no había aceptado formalmente la dimisión. Durante un debate previo que celebró la dirección de Al Fatá, Abú Alá presentó verbalmente su dimisión ante Arafat diciéndole: «Por favor, relévame del cargo». El todavía primer ministro abandonó la reunión airado dejando a todos los presentes con la pregunta de si había dimitido o no. Había interpretaciones para todos los gustos. Tras este incidente todos los presentes se vieron embargados por una gran preocupación. Con Abú Alá desaparecido, Arafat recobró el dominio de la situación y se retiró sin decir si aceptaba o no la dimisión. Abú Alá presentó su dimisión tras verse obligado a posponer la reunión ante Consejo Legislativo Palestino por divergencias en el seno de su propio Gabinete, concretamente con su ministro de Interior, Naser Yusuf, y de otros parlamentarios que rechazan la creación del Gobierno de crisis decretado por Yasser Arafat el pasado domingo. En medio de la confusión general, se sabe que Naser Yusuf no es partidario de aceptar la cartera de Interior sin saber antes cuales serían las atribuciones y responsabilidades de su ministerio. Así mismo, Yusuf aboga por la creación de un Gobierno regular y no uno de emergencia. En principio, el Parlamento se reunirá el próximo fin de semana para discutir que tipo de gobierno es más conveniente, si es que la salud de Arafat lo permite. La Mukata es en estos momentos un hervidero de rumores en torno al gravísimo estado de salud de presidente palestino, al que los augurios más pesimistas dan pocos días de vida, y sobre las luchas internas por alcanzar el liderazgo de la Autoridad Palestina en caso de morir su Presidente. «La situación es muy delicada porque se ha perdido el consenso dentro de Al Fatah, Arafat está muy enfermo y todo podría explotar si el presidente fallece», reconoce un miembro de Al Fatah, principal movimiento de la OLP, que preside Yaser Arafat desde su creación en 1959. Todo indica que el fracaso de Abú Alá se debe, en gran parte, a la lucha interna entre la vieja y nueva guardia de Al Fatah por ocupar el papel de su viejo presidente. Y por otro parte a que el resto de las facciones palestina se negaron a brindarle su apoyo, al estar excluidos del nuevo gobierno. Abú Alá sustituyó al también dimitido Abú Mazen cuando éste vio que era incapaz de gobernar. Abú Mazen acusó del fracaso de su gestión a Israel y a Arafat. Abú Alá ha tropezado con las ambiciones políticas de varios diputados aspirantes a convertirse en ministros. Arafat, frenó estas aspiraciones al decidir un reducido gobierno de emergencia en un golpe de mando que demuestra que el «rais» mantendrá el poder hasta el último suspiro.