Aparece un cadáver que podría ser el del turistaespañol
El cuerpo sin vida de un hombre de rasgos occidentales que podría ser el de José Luis Carpio Mazuecos, el turista español de 33 años que desapareció el pasado miércoles cuando el crucero en el que viajaba junto a 139 pasajeros más se incendió y hundió en aguas del río Nilo, fue encontrado ayer en el mismo lugar donde el barco naufragó, a la altura de la localidad egipcia de Esna. El cadáver, que aún conservaba la ropa, estaba parcialmente quemado y carecía de documentación, fue hallado por un equipo de buceadores egipcios bajo el casco del buque y podría ser el de este pasajero español nacido en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y residente en Madrid donde trabajaba como ingeniero de telecomunicaciones en la empresa Telefónica. La confirmación de su identidad está pendiente de un análisis de sus huellas dactilares que la Policía española envió ayer a la egipcia a través de la Embajada de España en El Cairo para que ésta las cotejara con las del cadáver. Un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores telefoneó al domicilio de Alcázar de San Juan donde residen los familiares más cercanos de José Luis Carpio para comunicar a su padre, Ofelio Carpio, que había sido encontrado el cadáver de un hombre joven en el mismo punto del Nilo donde el barco de recreo se hundió. «Nos tememos lo peor porque lleva desaparecido varios días mientras los demás pasajeros han regresado ya», declaró el padre del turista desaparecido que fue el último familiar que habló con él minutos antes de que tomara el avión que lo llevó desde el aeropuerto madrileño de Barajas hasta Egipto. «Le gustaba mucho viajar. En verano estuvo por los países del este de Europa y ahora quería conocer Egipto aunque a mí no me gustaba mucho que viajase a ese país», reconoció el padre de José Luis Carpio. El compañero de camarote de José Luis, Javier Blanco, regresó a España en una aeronave procedente de Egipto para ingresar en la Unidad de Quemados del Hospital Universitario de Getafe (Madrid) Ambos se lanzaron al Nilo desde la popa del barco huyendo del incendio. Mientras Javier Blanco logró salvar la vida, se sospecha que José Luis Carpio pudo caer al lado de la hélice y quedar atrapado en ella.