Los dirigentes iraquíes premiarán a España en el reparto de contratos

El Consejo de Gobierno iraquí anunció ayer en Madrid que los primeros países en sumarse a la reconstrucción serán premiados en el futuro con un trato privilegiado a la hora de negociar contratos o concesiones. El nuevo Ejecutivo de Bagdad aprovechó su participación en la Conferencia de Donantes para animar a los empresarios occidentales a invertir en un país con un «potencial enorme», que ofrece un número «ilimitado» de oportunidades. El portavoz del Consejo de Gobierno, Mowaffak Al-Rubaie, lo dejó claro al afirmar que «veremos con buenos ojos a quienes nos han echado una mano en tiempos difíciles». El mandatario iraquí aseguró que ese trato preferente se concretará en el otorgamiento de contratos y en mejores condiciones financieras y de inversión para las empresas de los países que primero les ayuden. Será, explicó, su forma de compensar al «amigo bueno y honrado» que «cuando pasas por un bache viene a echarte un capote». Al-Rubaie se mostró convencido de que los países menos dispuestos a ayudarles -como Francia, Alemania y Rusia- «acabarán enviando asistencia», pero adelantó que el trato será «distinto» para los que vengan «más adelante». Consciente de que muchas empresas occidentales ansían sacar tajada del potencial energético del país, recordó a los empresarios que Irak tiene «un potencial enorme» y ofrece oportunidades «ilimitadas» a los inversores. «Quienes nos ayuden encontrarán compensaciones de una manera u otra», adelantó. Hacer un país nuevo El Consejo de Gobierno pretende que de la Conferencia de Donantes suministre a Irak la inyección de fondos que precisa para levantar su economía, modernizar los sistemas político e institucional y garantizar el acceso de la población a los servicios básicos, muy deteriorados por más de una década de embargo y la posterior guerra. Más del 60 por ciento de sus habitantes viven del racionamiento desde hace más de diez años, menos de la mitad tienen acceso a agua potable y menos del diez por ciento disponen de sistemas de saneamiento básicos. A estas carencias hay que sumar problemas como la altísima tasa de paro, que facilita el aumento de la delincuencia, las carencias sanitarias y la situación de los refugiados y desplazados, que el país no puede hacer regresar por no disponer de casas donde alojarlos. Según el portavoz del Gobierno iraquí, su intención es invertir 6.000 millones de dólares en 2004 para mejorar la red de hospitales y construir un millón y medio de viviendas. «Ahora es cuando necesitamos una inyección directa de financiación», insistió. Por su parte, el Parlamento Europeo rechazó ayer aumentar de 200 a 500 millones de euros la ayuda comunitaria a la re-construcción de Irak, como pretendía el Grupo Popular Europeo. La propuesta fue rechazada por 185 votos a favor, 282 en contra y 12 abstenciones. Según el presidente del Grupo Popular, Hans-Gert Pötering, la propuesta tenía como objetivo responder a las necesidades urgentes de los iraquíes. Sin embargo, para el resto de los grupos esa propuesta es «gratuita y demagógica», en palabras del líder del Grupo Socialista, Enrique Barón, pues no se sabe de dónde saldría ese dinero en un momento de crisis económica en Europa. La ayuda no podrá ir en detrimento de las partidas asignadas a otros países y regiones.