La organización es tan sofisticada que hay acuerdos para pagar a las familias de los kamikazes
Una célula de extranjeros organiza a los suicidas de la resistencia iraquí
Un complejo entramado protege la identidad de los «cerebros» de la red antiamericana
Dos soldados contemplan el asesinato de un iraquí en Basora
Un grupo de combatientes extranjeros en Irak facilita la entrada clandestina de kamikazes procedentes de los países árabes para llevar a cabo ataques similares a los cinco atentados del lunes en Bagdad. Eso es lo que creen altos oficiales de la coalición y fuentes de inteligencia. Se estima que entre 200 y 400 combatientes extranjeros se encuentran actualmente en Irak, pero son utilizados fundamentalmente como un núcleo que planifica, financia y se ocupa de la logística para operaciones mortíferas. Estas informaciones fueron difundidas después de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, apuntara con un dedo acusador hacia los partidarios de Sadam Huseín y los «terroristas extranjeros». Para llevar a cabo estos atentados, los planificadores reclutan a sus suicida entre los militantes islámicos y los círculos antiestadounidenses. «Esos entre 200 y 400 individuos son los encargados y los militantes. No son los que se matan haciendo estallar la carga que llevan encima. Ellos son los que traen a los hombres dispuestos a dar sus vidas», precisó ayer una fuente en Washington. Los autores potenciales de atentados suicida y los soldados rasos llegan de los territorios palestinos, Siria, Yemen, Sudán, Arabia Saudí y probablemente de lugares tan lejanos como Chechenia. Basta un ejemplo: el candidato a suicida capturado en los ataques del lunes era un yemení con pasaporte sirio. La organización es tal que incluso se hacen acuerdos para pagar a las familias de los kamikaces. La coalición reconoce que estas células entrenadas para la guerra de guerrillas son suficientemente complejas para que los suicidas y las bases no tengan idea alguna de quiénes están tras los ataques. Un alto miembro de los servicios de inteligencia que investiga los recientes atentados señaló que estos individuos cuentan con «un sólido apoyo logístico» en Irak, imprescindible para llevar a cabo la hazaña de efectuar cinco atentados suicida en sólo 45 minutos en la capital. «Se tardaría semanas o meses para planear un ataque semejante. Creo que meses», sostuvo. «Sin ayuda local, los combatientes extranjeros no podrían tener éxito», subrayó.