Fichados al estilo USA
Estados Unidos endurece sus controles fronterizos. Las autoridades norteamericanas tomarán a partir de ahora fotos y huellas digitales a todos los que entren en el país
Viajar a Estados Unidos será cada vez más difícil. Las medidas de seguridad que comenzaron a imponerse en sus fronteras tras los atentados del 11-S tomaron ayer tintes orwellianos cuando el Departamento de Seguridad Nacional anunció los nuevos controles a los que someterán a los visitantes del país a partir del año próximo. Cada persona que atraviese las fronteras con un visado será fotografiada y las huellas dactilares de sus dos dedos índices serán escaneadas con un proceso sin tinta. Una vez en la base de datos de inmigración, las huellas serán cotejadas informaticamente con una base de datos criminales del Departamento de Seguridad Nacional por lo que si coincidieran con las de algún sospechoso de terrorismo, se le identificaría inmediatamente. Solo 27 países, entre ellos España, estarán exentos de dichos análisis cuando se viaje por turismo ya que los nuevos pasaportes que requiere Estados Unidos llevarán incluidos los datos que de otra forma serían tomados en las fronteras al llegar con un visado. «Se trata de un paso dramático para mejorar la seguridad del país y no implicará más que unos segundos más de demora en las fronteras» explicó el martes Asa Hutchinson, subsecretario de Seguridad Fronteriza y de Transport. Cuando el visitante abandone Estados Unidos también será sometido a un análisis similar. Todos sus datos estarán también disponibles para el Departamento de Estado y podrán ser utilizados por el FBI en sus investigaciones. Las nuevas medidas arrancarán en 115 aeropuertos y 14 puertos para extenderse a lo largo del año a todo el país que el pasado año registró 440 millones de cruces fronterizos. No obstante, la mayoría de los 440 millones de personas que entraron en Estados Unidos en 2002 lo hicieron por carretera y las autoridades fronterizas sólo podrán aplicar el nuevo sistema a este flujo en 2005 y 2006, debido a su gran volumen. Los españoles también están a la espera de otra medida. La aprobación definitiva del llamado pasaporte electrónico, que Estados Unidos iba a exigir a partir de octubre de este año y que finalmente retrasó hasta el año que viene. De momento Estados Unidos ha invertido 300 millones en el nuevo sistema, denominado biométrico e invertirá otros 350 el próximo año. Las medidas son fruto de la paranoia por la seguridad que se apoderó de Estados Unidos tras los atentados del 11-S.