Un secuestro cada veinte horas

La cantidad de secuestros ocurridos en las últimas semanas en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, han sacudido al gobierno del presidente Kirchner a punto de provocar varios enfrentamientos entre miembros de su gabinete que se acusan mutuamente de no poder controlar el delito. Según un estudio, en los primeros seis meses se denunciaron 207 casos de secuestros en la ciudad y sus alrededores, lo que representa 95% de los 217 registrados en todo el país en ese lapso. Estas cifras revelan que se produce un secuestro cada veinte horas y este resultado ha logrado que algunos miembros de las fuerzas de seguridad ya hablen de la «colombianización» de las calles de la Capital y el cinturón urbano, en referencia a la cantidad de secuestros que se producen en ese país sudamericano. El caso del joven Pablo Belluscio, secuestrado hace 38 días y al que sus secuestradores han mutilado cortando su dedo índice, ha sido lo que provocó una verdadera reacción popular, manifestada ayer con un cacerolazo y toque masivo de bocinas de automóviles que se dejó oír en toda la ciudad. Para sumar intranquilidad a la población, Alberto Fernández, jefe de Gabinete y portavoz de Kirchner, afirmó ayer que el Gobierno «tiene conciencia de que muchos policías están involucrados en secuestros». Esto significa que las bandas de secuestradores, conducidas por policías, cuentan con infraestructura suficiente como para actuar con total impunidad. Como corolario a esta situación, el secretario de Seguridad de la Nación, Norberto Quantín, declaró que « los secuestrados ahora apuntan a cualquiera».